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InternacionalEl ala euroescéptica fuerza a Cameron a bendecir un referéndum sobre la UE
Redacción (NJ) (Oct 10, 2012) Internacional
Asegura que «es la forma más limpia, clara y simple de hacerlo», tras apuntar el domingo a que un hipotético nuevo estatus en Europa podría ser convalidado en unas elecciones.

El primer ministro británico, David Cameron, ha aprovechado la convención de su partido estos días en Birmingham para anunciar la creación de su propio perfil en twitter (100.000 seguidores con solo nueve «tweets» publicados), para celebrar este martes su cumpleaños y, sobre todo, para volver a encender las velas del ritual preferido del Partido Conservador británico: jugar a alejarse de Europa.

Cameron ha abogado en una entrevista en BBC4 por la celebración de un referéndum sobre las relaciones de Reino Unido con la Unión Europea por considerarla la forma «más limpia, clara y simple» de escuchar la voz de la ciudadanía ante el nuevo marco de relaciones con Europa que persiguen los «tories».

Ambigüedad y matices sobre la consulta

La apuesta de Cameron por una consulta sobre Europa no es nueva, pero sus declaraciones sobre el tema han sido siempre lo suficientemente ambiguas como para intranquilizar al ala más euroescéptica de su partido, que aprovecha estos días la convención en Birmingham para marcar de cerca a su jefe de filas.

«Para mi las dos palabras, Europa y referéndum, pueden ir juntas», dijo ya en julio

Así, el pasado mes de julio Cameron se vio forzado a aclarar su opinión sobre el tema en un artículo en «The Sunday Telegraph», tras recibir una carta de un centenar de diputados conservadores (casi un tercio de su grupo parlamentario) en la que le exigían una ley de referéndum que pusiera en marcha la mecánica consultiva de inmediato. «Para mi, las dos palabras "Europa" y "referéndum" pueden ir juntas», dijo entonces, pero «en el momento adecuado», matizó acto seguido.

Esta falta de limpieza, claridad y simplicidad –por usar los calificativos empleados por el «premier»– en la definición de su propia postura sobre el tema erizó los pelos de muchos de sus correligionarios cuando, en una entrevista en la BBC el pasado domingo, dejó caer que el necesario «consentimiento renovado» («fresh consent», dijo) de los británicos sobre un nuevo marco de relaciones con Europa podría discurrir mediante un referendo, pero también con la mera celebración de unas elecciones. «Hemos concluido que para que haya un nuevo acuerdo se necesita un consenso, ya sea a través de referéndum o de elecciones generales», declaró Cameron en el programa de Andrew Marr.

El lunes, el influyente diputado David Davis exigía una posición clara sobre la celebración del referéndum para evitar «perder más votos en favor del UKIP», el partido populista y claramente anti-europeo que araña simpatías por la derecha a los «tories». «Si vamos a hacer un referéndum, debemos comenzar el proceso ahora, antes de las próximas elecciones», exigió, dando voz a muchos de sus compañeros de filas.

Con los cuhillos euroescépticos afilados en los pasillos del centro de convenciones de Birmingham, Cameron se ha visto obligado a aclarar las dudas acudiendo a la BBC4. Su apuesta por el referéndum parece ser clara. Algo más clara, al menos. Pero su postura no contentará al ala euroescéptica, que quiere una consulta simple de «dentro o fuera» de la UE.

«Siempre me he opuesto a un referendo de dentro/fuera porque no estoy a favor de irme ni estoy satisfecho con el estatus quo, quiero cambiar el estatus quo, y siempre hemos dicho que, una vez logremos ese acuerdo nuevo [con la UE], necesitará ser convalidado en un referéndum o en unas elecciones. El referéndum es obviamente la manera más limpia, clara y simple de hacerlo», ha explicado en la radio.

Posible veto presupuestario y restricciones a los inmigrantes

Según un sondeo publicado en julio por el respetado «think-tank» diplomático Chatham House, el 49% de los británicos votaría salir de la UE en un hipotético referendo, y solo un 30% defendería la permanencia en la Unión. El problema de Cameron es que la opción por hacer las maletas europeas es defendida por el 70% de los simpatizantes conservadores, según el estudio.

En cualquier caso, la visión de Cameron y del gobierno que preside es la de iniciar una renegociación de competencias con Bruselas, para lo cual el Foreign Office ha puesto en marcha un ejercicio, que concluirá en 2014, de revisión del impacto de la legislación europea en la británica. Un grupo de diputados conservadores ha puesto ya, de hecho, negro sobre blanco esa lista de poderes «repatriados».

Los resultados de esa hipotética renegociación conformarían el capítulo del manifiesto «tory» en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014 y las parlamentarias de 2015. Si los conservadores volvieran a formar gobierno tras 2015, la mayoría de los analistas da por hecho que convocarían un referéndum, en algún punto entre 2015 y 2019, para validar –o no– el nuevo estatus quo deseado por Cameron y los suyos. La duda que preocupa en Bruselas es si serán capaces de resistir las presiones, dentro y fuera del movimiento «tory», de incluir la salida de la UE entre las alternativas.

Cameron amenazará en su discurso este miércoles con vetar el presupuesto de la UE

Mientras tanto, para entretener a las fieras más alérgicas a la integración europea, el primer ministro agitará probablemente este miércoles, en el discurso central de la conferencia, la amenaza expresada este domingo de vetar los presupuestos europeos del periodo 2014-2020 si no se congela el crecimiento del gasto solicitado por la Comisión Europea.

Además, podría avalar la arriesgada decisión, anunciada por su ministra de Interior, Theresa May, el lunes en la conferencia, de revisar las ventajas sociales concedidas a los extranjeros comunitarios y no comunitarios por las directivas europeas que desarrollan la libertad de movimiento, uno de los pilares de la construcción europea y del Mercado Interior.

La legislación europea y la jurisprudencia del tribunal de Luxemburgo, para desesperación de los sectores soberanistas en el Reino Unido, extienden la igualdad de trato (que incluye el derecho a la asistencia social) a los familiares no comunitarios de los ciudadanos europeos. El gobierno Cameron quiere revisar la obligación de conceder ayuda social o por desempleo a extranjeros comunitarios (que suponen el 27% del total de extranjeros en Reino Unido), una medida que toca la fibra más íntima del proyecto europeo, y que podría despertar una virulenta reacción en Bruselas. Algo que quizás sea, precisamente, el objetivo buscado.

  
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