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 El Corán y la Sunna
Mª Pilar Zaldívar (Jan 17, 2008) Conocer el Islam |
El Corán es el libro sagrado del islam. Es la plasmación escrita de la Revelación que Dios transmitió a Mahoma a través del ángel Gabriel. El Profeta relataba a sus fieles los mensajes que iba recibiendo y, al principio, éstos se conservaron de manera oral. Posteriormente, se empezaron a poner por escrito y circularon varias versiones hasta que el califa Uthman fijó la que hoy se considera canónica.
El Libro está compuesto por 114 suras (o capítulos) cada una de las cuales está dividida en aleyas (o versículos). Las suras (a excepción de la primera) están ordenadas de más larga a más breve, no siguen un orden temático o cronológico porque no es un libro narrativo, sino un compendio de normas que debe ser leído poco a poco, no de una vez, sino deleitándose en cada aleya y penetrando su significado. De hecho, la propia palabra Corán (“Quran”, en árabe) quiere decir “recitación”, es un libro para ser declamado.
El componente estético tiene un gran peso. Hay que tener en cuenta que, para los musulmanes, Dios no se hizo carne, sino Palabra y esa palabra fue revelada precisamente en árabe, por eso esta lengua es valorada por encima de las demás y, también por eso, se ha hecho de la caligrafía una de las artes más importantes, ya que es un recurso para embellecer aún más el mensaje divino.
Existe una gran diferencia entre las suras que fueron reveladas en La Meca y las que lo fueron en Medina. Las primeras hacen referencia al creyente como individuo, a su vida interior, a su relación con Dios... mientras que las segundas fueron dadas a conocer en un momento en el que el islam se estaba constituyendo como comunidad y, por eso, se ocupan del musulmán como ser social.
En realidad, el Corán es un código de vida que regula todos los aspectos del ser humano bien sean espirituales o materiales.
La “sunna” es la otra gran fuente del islam. Está compuesta por los “hadithes”, que son el conjunto de hechos y dichos del Profeta y de sus primeros seguidores que se pusieron por escrito para que sirvieran de ejemplo y orientación a todos los creyentes.
Existen varias colecciones de “hadithes” y no es fácil determinar cuáles son auténticos y cuáles no. Por eso se ha desarrollado toda una disciplina dedicada a la crítica de estos textos que se encamina a establecer la veracidad de cada uno de ellos.
Para conseguir este objetivo se apoyan fundamentalmente en la “cadena de autoridades” que es la sucesión de nombres que encabeza cada hadith explicando que una persona oyó esta tradición de labios de otro y que este otro la recibió de alguien anterior y así sucesivamente, hasta remontarse a alguien que vivió o presenció los hechos personalmente. Si se estima que el contenido del “hadith” es acorde con la doctrina islámica y que la “cadena de autoridades” es fiable, entonces se considera que el “hadith” es auténtico y que debe servir de ejemplo a todos los musulmanes.
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