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InternacionalLa ciencia se abre a la reprogramación celular sin abandonar la clonación
Redacción (NJ) (Nov 22, 2007) Internacional
El debate sobre el uso de embriones y la clonación terapéutica toca fondo. Dos grupos científicos, en Japón y Estados Unidos, han demostrado que una célula adulta de la piel puede comportarse como si fuera embrionaria, es decir convertirse en una neurona, una célula muscular, cardiaca... o cualquiera de los más de 220 tipos celulares de un organismo humano. Es un hito científico que abre la puerta a la creación de tejidos y órganos de recambio, listos para trasplante, sin rechazo inmunológico ni reparos éticos.

Para intentar curar ya no será necesario ni crear ni destruir embriones. Sin embargo, la nueva técnica de reprogramación celular no zanja todos los debates éticos y de seguridad de las células madre embrionarias. Aún hay dudas, pero pese a ellas, obligará a reconsiderar la investigación actual.

Ian Wilmut, el "padre" de Dolly -el primer animal clonado- ya ha anunciado que abandonará esta polémica técnica en favor de la reprogramación celular. En España, los expertos que trabajan en células madre también se preparan para adaptarse a las nuevas reglas de juego. Eso sí, sin perder de vista la clonación terapéutica.

A Carlos Simón, director del nodo valenciano del Banco Nacional de Células Madre, le cuesta disimular el entusiasmo. "Parece tan sencillo, es tan atractivo, tan apasionante...". "Hace un año y medio nadie podía imaginar que manipulando unos cuantos genes pudiéramos revertir el proceso y convertir una célula adulta humana en embrionaria". Como tantos otros grupos de investigación, el grupo de Simón también trabajaba en reprogramación celular. Ahora está convencido de que esta técnica eclipsará la clonación terapéutica. "Wilmut es inteligente y ya ha hecho su apuesta. Eso no significa que debamos olvidarnos de técnicas anteriores. La reprogramación celular aún debe salvar muchos escollos". El científico se refiere, por ejemplo, a la utilización de retrovirus para darle la vuelta al desarrollo biológico de las células adultas, una maniobra que lo inutiliza para un tratamiento clínico. O al riesgo de que estas células madre no se controlen y su utilización desencadene la aparición de tumores, como ocurre con las embrionarias. El camino hasta su aplicación en el hospital es largo. "Si no se progresa, la clonación aún tendrá su sitio. Por eso la reprogramación no cierra la puerta a la clonación, abre una nueva", dice.

Desde el Instituto Salk de California, Juan Carlos Izpisúa tampoco cierra el paso a la clonación: "Nos encontramos en un campo que está emergiendo, en el que aún hay muchas dudas y la información procedente de distintas estrategias puede ser decisiva".

La noticia ha cogido a los equipos de Izpisúa, en el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona y en California, trabajando en una técnica que combina la reprogramación celular con clonación. Esta estrategia híbrida busca los beneficios de las dos técnicas. "Sería la opción que nos haría avanzar con más posibilidades de éxito y nos permitirá generar células muy similares y con potencial terapéutico equiparable al de las células madres derivadas de blastocistos (óvulos fecundados con más de cinco días de desarrollo)". Izpisúa asegura que los investigadores de Barcelona y La Jolla, «trabajarán mano a mano para lograr este objetivo a la mayor brevedad posible».

Miodrag Stojkovic, del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, fue el primero en clonar un embrión en Europa. Fichado ahora por la Comunidad Valenciana, esperaba la luz verde del Gobierno central para realizar el primer proyecto de clonación en España. Ahora no resta méritos a la refrigeración celular, pero se resiste a devaluar la clonación terapéutica. De la nueva estrategia dice que es "una buena nueva": su baja eficiencia en la obtención de células madre.

José Cibelli, como Simón e Izpisúa perseguía el mismo santo grial. "Pero ellos llegaron primero". Ayer no dudó en calificar el avance de "extraordinario", un logro tan importante como el de la creación de la oveja Dolly, el primer animal clonado. Aunque a diferencia del padre científico de Dolly se resiste a dejar de lado las técnicas de clonación terapéutica. "Mi interés se centra ahora en comparar las dos técnicas. Necesitamos saber si las células obtenidas son tan estables como las que se obtienen de las embrionarias y no difieren a nivel molecular de las que se consiguen por clonación". Pese a sus dudas, ayer firmó un convenio con la Junta de Andalucía, a la que asesora, para formar en la Universidad de Michigan (Estados Unidos) a científicos españoles en técnicas de reprogramación celular.

A José López Barneo, catedrático de Fisiología de la Universidad de Sevilla, el avance no cambiará "a corto plazo" la línea de trabajo de su laboratorio. Su grupo trabaja con células madre adultas y hoy la reprogramación celular "está muy lejos de aplicarse a la clínica". Recuerda que sin la investigación embrionaria ni las técnicas de clonación hoy no podríamos estar hablando de este avance. Ahora, llegados a este punto, reconoce que "la clonación terapéutica carece ya de sentido".

  
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