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La Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi se reúne con el presidente de China Redacción (NJ) (Jun 12, 2015) Internacional |
En su segundo día de visita a China, la premio Nobel de la Paz birmana, Aung San Suu Kyi, se ha reunido este jueves con el presidente Xi Jinping en Pekín, según informa la agencia estatal de noticias Xinhua. Invitada por el Partido Comunista, del que es secretario general, Xi Jinping la ha recibido como presidenta de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el principal grupo político de la oposición en Birmania. Aunque su encuentro no se enmarca dentro de ningún viaje de Estado, ha tenido lugar en el Gran Palacio del Pueblo, que el régimen reserva para dar la bienvenida a los mandatarios extranjeros. Una buena muestra de la deferencia que China quiere mostrarle a Aung San Suu Kyi, cuyo partido es favorito para ganar las elecciones que tendrán lugar a finales de este año en Birmania, las primeras libres desde 1990.
De momento apenas han trascendido detalles sobre la reunión entre Xi Jinping y Aung San Suu Kyi, pero el régimen de Pekín quiere cortejar así a «La Dama», la figura política más admirada y valorada de Myanmar (nombre oficial de la antigua Birmania). Aunque la actual Constitución, redactada por los militares, le impide presentarse a dichos comicios porque estuvo casada con un extranjero, su poder será indudable si su formación los gana, como parece bastante probable. Debido a sus enormes intereses en dicho país vecino, las autoridades chinas no han dejado pasar esta oportunidad para conocer en persona a Suu Kyi.
Todo ello a pesar de que «La Dama» es un icono de la lucha por las libertades políticas, ya que se ha pasado casi dos décadas de su vida confinada bajo arresto domiciliario por defender precisamente lo que no hay en China: democracia. De hecho, su viaje ha causado cierta sorpresa entre los disidentes y los grupos defensores de los derechos humanos, que esperan que alce su voz por Liu Xiaobo, otro galardonado con el premio Nobel de la Paz que permanece en prisión por reclamar democracia. Pero, en una entrevista concedida a ABC tras su liberación en 2010, Aung San Suu Kyi ya explicó de forma bastante pragmática que «los intereses comerciales están por encima de los derechos humano» y que le gustaría tener «buenas relaciones con China porque no somos enemigos solo por querer democracia».
De momento, el viaje de Aung San Suu Kyi está teniendo un perfil muy bajo y no se han programado encuentros públicos en sus visitas a Shanghái y a la provincia sureña de Yunnan, fronteriza con Birmania. Además de entrevistarse con el presidente Xi Jinping, se reunirá con el primer ministro Li Keqiang.
Cortejando a «La Dama», el autoritario régimen de Pekín pretende no perder su influencia en Birmania, donde sigue siendo el mayor inversor extranjero pese a que el actual Gobierno se ha abierto a otros países occidentes dentro de sus políticas reformistas. Gracias a esta transición hacia la democracia, los birmanos han logrado parar la construcción de la presa de Myitsone, financiada con fondos chinos en el río Irrawaddy, y amenazan con poner en riesgo otros proyectos liderados por Pekín, interesado en los ricos recursos naturales de este país. Además de considerar a Myanmar un vecino estratégico como puerta de salida al Océano Indico y la Bahía de Bengala, el régimen chino quiere apaciguar la tensión en su frontera, sacudida con frecuencia por los combates entre el Ejército birmano y las guerrillas étnicas que controlan buena parte del territorio. |
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