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 La recolección atraerá este año a unos 12.000 temporeros entre abril y octubre
Redaccion(NJ) (Jun 04, 2007) Aragón |
Hace siete años, la mitad de los temporeros que llegaban a los campos aragoneses eran españoles. Tan solo hace un par de años, la mayoría eran hombres jóvenes del norte de África. Pero ahora, el perfil ha vuelto a cambiar y cada vez son más mujeres. También son jóvenes, pero, sobre todo, proceden del este de Europa. La mayoría vienen con un contrato en origen, llegan sin su familia y están aquí durante los meses que dura la recogida. Este año, se estima que la campaña agrícola, que empezó en abril y se prolongará hasta octubre, traiga a los campos aragoneses unos 12.000 temporeros.
"Mientras que en el año 2000, el 50% de los temporeros eran de origen español, ahora apenas son un 10%, la mayoría de ellos del sur del país. Antes, apenas venía gente del Este. Sin embargo, ahora son muchos más los que llegan de Rumanía, Polonia... Además, cada vez vienen más mujeres", explica Antonio Ranera, responsable del departamento de Migraciones del sindicato UGT.
El número de contratos en origen ha aumentado en los últimos años, sobre todo, gracias a los contingentes (convenios entre Administración central y las empresas agrícolas españolas), aunque sigue sin ser mayoritario. De hecho, esta modalidad de contratación también ha contribuido al cambio de perfil de los temporeros, atrayendo mayor número de mujeres.
La comarca turolense del Bajo Cinca y la de la Bajo Aragón-Caspe son las zonas de la Comunidad en las que mayor concentración hay de este tipo de contratos o permisos de temporada. También se da en Ricla (en la comarca zaragozana de Valdejalón). En las zonas próximas a Cataluña, por ejemplo, como Fraga o Caspe, todavía sigue habiendo mucha población subsahariana y de origen asiático (especialmente pakistaníes).
Sin embargo, en Aragón el fenómeno de los contingentes sigue estando poco extendido, algo que se justifica en la escasa existencia de empresarios latifundistas. Este tipo de acuerdos incluyen la contratación por un periodo de tiempo determinado, el alojamiento y uno de los trayectos del viaje (el de ida o el de vuelta a España) a cargo de los empresarios.
Por eso, los extranjeros que son contratados de esta forma prefieren lugares en los que la temporada sea más larga (como puede ocurrir en la recogida de la fresa en Huelva). De esta forma, pueden ahorrar más dinero de su sueldo y sufragarse con mayor solvencia el trayecto. "A los que vienen en el contingente, les interesa poder trabajar al menos 45 días para que les salga más rentable", añade Ranero.
En la comarca de Valdejalón, el perfil del temporero actual coincide con el de la mayoría de las zonas agrícolas aragonesas. Desde Servicio Sociales de la comarca aseguran que el año pasado ya se notó un cambio importante del origen de procedencia de los temporeros. "Ahora, la mayoría proceden de Rumanía y Polonia y antes había muchos marroquíes", explica Marian Urbano, coordinadora de Servicios Sociales de la comarca de Valdejalón.
Los trabajadores contratados en la finca Agramonte, una de las más grandes de La Almunia -con 600 hectáreas de cultivo-, son en su mayoría de Europa del Este. Según explica Garbiñe Valdecantos, técnica y copropietaria de Bancal (nombre de la empresa que gestiona la finca Agramonte), ya han llegado unos 150 polacos y rumanos.
Han venido para la recogida de la cereza y el aclareo de manzanas. Unos sesenta de ellos han venido de Rumanía, a través del contingente. El resto son de Polonia y han sido contratados directamente, ya que muchos habían trabajado antes para esta empresa. En la finca, disponen de alojamiento, comida y hasta cursos de español.
Tres puntas de producción
La llegada de temporeros se hace de forma escalonada. En la campaña hay tres puntas de producción, que coinciden con la recogida de cereza (finales de abril en Caspe y mayo y principios de junio en el resto de las zonas), la recolección de pera, melocotón y nectarina (finales de julio) y la manzana y la uva (en septiembre). |
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