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Cedevita 74 - 77 CAI Zaragoza Fuente Aragón Digita (Feb 14, 2014) Baloncesto |
Una canasta sobre la bocina de Damjan Rudez, desde la línea de tres, daba la victoria al CAI Zaragoza en un ajustado final por 74-77 ante Cedevita. Los maños sufrieron para aguantar en el choque, sosteniéndose en gran medida gracias a la sobresaliente actuación de Tabu. Los aragoneses dan un paso de gigante para pasar de ronda.
Hay jugadores que nacen con una estrella sobre su cabeza, capaces de aparecer cuando peor están y prácticamente nadie puede esperarles. Uno de ellos es Damjan Rudez y, la gran fortuna, es que viste la camiseta del CAI Zaragoza. Un equipo que se niega a despedirse de Europa de manera prematura y así lo demostraba una vez más en Zagreb. Victoria por 74-77, tras un triple del alero sobre la bocina, y la posibilidad intacta de superar el Last-32 de la Eurocup.
Lo cierto es que el primer cuarto fue uno de esos que cuesta digerir, difícil de ver, con las defensas imponiéndose a los ataques, constantes faltas y llevando a imprecisiones. El CAI encontraba con cierta comodidad a Jones en la pintura, siendo el norteamericano el más destacado, aunque también sufría en defensa ante la mayor movilidad de su par. El ambiente del pabellón tampoco ayudaba a Cedevita y los hombres de Abós aprovechaban para ir poco a poco encontrando su basket y poner la máxima de la primera mitad en +6, con 11-17. Poco se movería el electrónico hasta el final del primer cuarto, que finalizaría con 16-20 a favor de los caístas.
El inicio del segundo también tuvo un protagonista claro en el bando maño: Henk Norel. El holandés mostraba su muñeca de seda en unos buenos minutos ofensivos, guiando a los suyos y manteniéndolos arriba. Aunque atrás sufría ante el buen hacer de Nurkic, una de las jóvenes promesas del basket europeo, que por momentos parecía imposible de frenar. El tanteo continuaba tremendamente ajustado, sin que ninguna de las dos escuadras mostrar el acierto suficiente como abrir brecha.
De hecho, a falta de 3:30 señalaba 31-30 a favor de los balcánicos. Pero los croatas parecían clavarse en su progresión y se empeñaban en complicar tanto sus ataques que terminaban de manera habitual en pérdida o en un lanzamiento de incierto destino. Los de Abós parecían por fin estirarse con un parcial de 0-5, pero pronto los de Repesa volverían a igualar la contienda y colocar el 35-35 con el que se llegaba al intermedio.
Segunda parte
Poco o nada cambió en el tercer cuarto, con un CAI Zaragoza romo en labores ofensivas, sin ideas y, además, incluyendo a su repertorio varios despistes defensivos que obligaban a Abós a frenar con 45-41. Momento clave, ya que los maños cambiaron su defensa, también su actitud y encontraron tres acciones prácticamente consecutivas de Jonathan Tabu que suponían nueve puntos consecutivos. El belga, esta vez sí, lideraba a los suyos en ataque y lograba que el tanteo entrara en los últimos diez minutos con 50-50.
La igualdad hacía presagiar un final de infarto. Los de Repesa amenazaron con irse varias veces, llegando a tener cinco preocupantes puntos por encima gracias de nuevo al poderío de Nurkic, máximo anotador. Remando a contracorriente, los de Abós se amarraban a lo que podían, a pesar de que Delas hacía muchísimo daño con un triple lejano. Shermadini veía la quinta personal y el equipo reaccionaba con la entrada de Norel. Por no ser injustos, también con la ayuda de un Tabu completamente enchufado en defensa y ataque.
Una canasta de seis metros de Jones daba la vuelta al marcador, poniendo un esperanzador 71-72 a poco más de un minuto. Un mate de Norel ampliaría la sonrisa a 71-74 e incluso había opción de abrir más brecha. Pero el CAI fallaba y cometía falta personal. Los croatas anotaban el primero, fallaban el segundo y cogían el rebote ofensivo, siendo objeto de una nueva falta. Los dos libres dentro, 74-74 y poco más de diez segundos para que los de Abós se jugaran su destino en Europa.
Cedevita decidía no cometer falta, Llompart penetraba solo contra el mundo y, de repente, sacaba un pase a la esquina. Allí esperaba con sangre en los colmillos Damjan Rudez, en su casa, su pabellón durante dos años. El croata lanzaba de tres y anotaba sobre la bocina, dejando el 74-77 final y dando al CAI Zaragoza, no sólo vida, sino la oportunidad de depender de sí mismo en la última jornada tras la derrota de Besiktas. Un triunfo tan sufrido que sabe doblemente bien. Los maños continúan paseando por Europa, de momento…y puede que tengan que desplazarse a Huesca para el choque decisivo. |
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