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 Gobierno y rebeldes alcanzan un alto el fuego en Sudán del Sur
Redacción (NJ) (Jan 27, 2014) Internacional |
 La firma de un alto el fuego entre los actores armados del conflicto de Sudán del Sur deja todavía numerosas incógnitas, en una crisis que se posterga desde el pasado 15 de diciembre. Mediante el acuerdo, alcanzado en la capital de Etiopía, Addis Ababa, el fin de las hostilidades entre las fuerzas leales al presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir (de etnia dinka), y el depuesto vicepresidente Riek Machar (nuer) deben iniciarse desde este viernes. Sin embargo, el Gobierno de Juba ya ha mostrado su escepticismo sobre si las tropas rebeldes podrán controlar a sus heterogéneas milicias.
«La crisis que se apoderó de Sudán del Sur es una mera manifestación de los desafíos a los que se enfrentan los jóvenes y el nuevo Estado», reconocía Seyoum Mesfin, jefe de el equipo mediador, durante la firma del acuerdo.
El enfrentamiento tiene su origen en las acusaciones de Kiir sobre su histórico rival político Machar (a quien despidió en julio), de planear la toma del poder por la fuerza, lo que degeneró en un conflicto inter-étnico en ciertas regiones del país.
No obstante, las fuerzas del poder, la corrupción y el dinero parecen ser más capitales que la etnia.
Ya el propio mes de julio, Machar había denunciado que el Gobierno local estaba llevando a cabo un preocupante camino «hacia la dictadura», después de que fuera despedido todo el gabinete ministerial, incluido él mismo.
«Creo que los desafíos de la posguerra serán mayores que la guerra en sí. El proceso será impredecible... y delicado», recuerda el jefe del equipo negociador.
Proceso paralelo
Sobre todo, por el proceso paralelo que abre el alto el fuego, y que estudiará la liberación de once presos políticos acusados de ser los instigadores del golpe de Estado.
Precisamente, dos de los presuntos máximos acicates de la algarada -los exministros Deng Alor y Kosti Manibe- habían sido expulsados del Gobierno, tras ser acusados de la compra fraudulenta de seguros por valor de 8 millones de dólares.
Entonces, Machar reconoció que las últimas decisiones del mandatario Kiir dejaban patentes las divisiones dentro del partido gobernante, el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM).
No obstante, no es el primer caso flagrante de corrupción en la clase dirigente. En 2011, el propio mandatario exigía, en una carta abierta, a 75 funcionarios gubernamentales la devolución de hasta 4.000 millones de dólares «robados» de las arcas estatales.
Y así, los altos el fuego son solo parches. |
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