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La libre elección de escuela, al servicio de familias modestas Aceprensa J.Meseguer (Oct 12, 2013) Reportajes |
Luisiana es uno de los estados norteamericanos que más favorece la libertad de elegir colegio entre las familias de bajos ingresos. Aunque la experiencia de Nueva Orleans –la primera ciudad del estado que se benefició de los programas– revela que la variedad de escuelas y la libertad de elección están contribuyendo a elevar el nivel de enseñanza, el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, quiere suprimir el cheque escolar en Luisiana por motivos ideológicos.
Según los últimos datos de la Friedman Foundation for Educational Choice, 24 estados norteamericanos y el Distrito de Columbia han puesto en marcha programas para favorecer la libertad de elegir escuela, principalmente entre los hijos de familias modestas o con discapacidades. Las modalidades de ayuda van desde el cheque escolar a las charter schools pasando por las becas, las deducciones fiscales y, en Arizona, las cuentas de ahorro para educación (cfr. Aceprensa, 30-01-2012).
Luisiana ofrece casi todas las fórmulas. Dentro de la red pública son muy populares las charter schools, financiadas con dinero público pero gestionadas con autonomía por grupos de profesores y padres. En 2010, había 96 escuelas de este tipo y más de 33.000 alumnos matriculados en ellas.
El programa “Student Scholarships for Educational Excellence”, adoptado por Nueva Orleans en 2008, fue el primero de Luisiana que incentivó la libre elección en el sector privado: gracias a un cheque escolar de 6.000 dólares (4.420 euros), unos 5.000 alumnos pobres que iban a escuelas públicas deficientes han podido cambiarse a otra privada con mejores resultados.
Gracias al cheque escolar, este curso 8.000 alumnos pobres de Luisiana han podido cambiarse a un colegio con mejores resultados
A este programa le han seguido otros que funcionan en muchos distritos escolares de Luisiana: uno con deducciones fiscales para las familias que desean llevar a sus hijos a buenos colegios, públicos o privados; otro de cheque escolar para alumnos discapacitados; y otro con deducciones fiscales para las empresas que financien becas.
Holder contra Luther King
En 2012, el Parlamento de Luisiana aprobó para todo el estado un programa de cheque escolar muy parecido al que estaba vigente en Nueva Orleans. Pueden solicitarlo los hijos de familias cuyos ingresos están un 250% por debajo del umbral de pobreza. Este curso se han beneficiado 8.000 alumnos. De ellos, el 91% son negros y el 86% habrían acabado en escuelas públicas deficientes.
Este es el programa que se ha propuesto desterrar ahora el Departamento de Justicia estadounidense, recurriéndolo ante un tribunal federal. La justificación que da Eric Holder es que el cheque escolar “frustra e impide los esfuerzos para eliminar la segregación racial”, al favorecer que muchos estudiantes negros se vayan de centros públicos que no les gustan o que van mal. Un editorial del Wall Street Journal resume con crudeza la postura de Holder: el cheque escolar puede ser ilegal “porque hace más blancos a los centros públicos fallidos”.
El mismo editorial defiende que el cheque contribuye precisamente a la diversidad racial a la vez que impulsa la igualdad de oportunidades en la educación. “La asistencia a los centros públicos se decide principalmente por criterios de residencia. Por eso, los barrios con segregación racial producen colegios con segregación racial. El cheque ayuda a las minorías pobres a saltarse esas barreras y les permite ir a colegios a los que no podrían acceder. Siete de los ocho estudios que han analizado los resultados del cheque en Milwaukee, Cleveland y Washington D.C. muestran que en los colegios privados a los que asisten los beneficiarios hay más diversidad que en las escuelas públicas”.
La experiencia de Nueva Orleans muestra que la libertad de elegir colegio y la igualdad de oportunidades no son irreconciliables
La conclusión del WSJ es que la postura de Holder es puramente ideológica: “Este pleito no tiene nada que ver con la integración. Su objetivo es ayudar a los sindicatos de profesores a revocar una ley de cheque escolar por cualquier medio legal, e invocar la segregación es el único recurso que les queda”.
El editorial lamenta que los esfuerzos bipartidistas a favor de una reforma educativa en Luisiana se contaminen ahora por motivos ideológicos. Resulta paradójico que Holder anunciase su intención de recurrir el programa de cheque escolar a los pocos días de rendir homenaje a Martin Luther King en el cincuentenario de su famoso discurso. “Un fiscal general negro debería aplaudir este empeño por realizar plenamente el sueño de la igualdad de oportunidades de MLK”.
Nueva Orleans, antes y después de la libre elección
El compromiso bipartidista al que alude el WSJ se refiere al impulso a favor de la variedad de escuelas y la libre elección que comenzó en Nueva Orleans en 2005, tras el huracán Katrina. Republicanos y demócratas se unieron para promover la transformación de la mayoría de las escuelas públicas de la ciudad en charter schools. Actualmente, el 84% de los alumnos que están dentro de la red pública estudian en una escuela charter.
¿Cómo era la situación antes del Katrina? La Heritage Foundation sintetiza los tres motivos que justificaron la opción por las charter schools en Nueva Orleans:
En los dos años previos al huracán hubo denuncias por fraude y corrupción contra funcionarios que estaban al frente de escuelas públicas, motivando una investigación del FBI.
De los 110 centros públicos que existían entonces, 68 tenían resultados académicos “inaceptables”, según las autoridades académicas de Luisiana.
El Departamento de Educación estadounidense informó que Nueva Orleans había malgastado o perdido 70 millones de dólares procedentes de fondos federales.
El bajo rendimiento académico de las escuelas públicas de Nueva Orleans provocó que muchos se pasaran al sector privado: antes del Katrina, uno de cada tres alumnos iba a un colegio privado, muy por encima de la media nacional (uno de cada diez). Mientras las familias acomodadas podían permitirse la elección, las de bajos ingresos quedaban atrapadas en escuelas fallidas.
De momento, la reforma educativa llevada a cabo en Nueva Orleans ya ha logrado ampliar la libertad de elegir colegio de las familias pobres, bien dentro de la red pública gratuita (charter schools), bien en el sector privado (a través del cheque escolar, las becas y las deducciones fiscales).
Tal y como explica Stephanie Banchero en el Wall Street Journal, el siguiente reto que tienen por delante los partidarios de la libre elección en Nueva Orleans es mejorar el intrincado sistema para elegir colegio: a veces las familias no saben las plazas libres que ofertan algunas escuelas al inicio de curso, y otras no tienen acceso a los mejores colegios (ninguno de los ocho que puntuaban más alto admite el cheque escolar).
Y aunque los resultados académicos de los alumnos han mejorado rápidamente en Nueva Orleans (es la ciudad de Luisiana que más ha prosperado), no todas las charter schools obtienen buenas puntuaciones. Pero entonces entra en juego la competencia, que tanto ha contribuido a sanear el sistema educativo de Nueva Orleans: las charter schools fallidas se cierran o bien se renuevan los profesores y la dirección. “Puede que [el sistema] no sea perfecto, pero al menos la gente ha empezado a hacer cosas para mejorarlo”, testimonia una madre de dos alumnos de secundaria. |
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