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Manita del Barça 5-1 Redacción (NJ) (Jan 28, 2013) Fútbol |
No había mucho donde rascar, faltaban alicientes en el domingo, así que Messi se descolgó con un póquer ante Osasuna. Por primera vez, cuatro de una tacada en un curso donde suma ya 43 goles (33 en Liga). Una gesta más en su inigualable expediente, una buena manera de estirar los músculos 72 horas antes de visitar el Bernabéu. Del resto, de los errores del árbitro y de la abdicación de un rival mermado, mejor ni acordarse. Si alguien merece la posteridad, sea Messi.
No había mucho donde rascar, faltaban alicientes en el domingo, así que Messi se descolgó con un póquer ante Osasuna. Por primera vez, cuatro de una tacada en un curso donde suma ya 43 goles (33 en Liga). Una gesta más en su inigualable expediente, una buena manera de estirar los músculos 72 horas antes de visitar el Bernabéu. Del resto, de los errores del árbitro y de la abdicación de un rival mermado, mejor ni acordarse. Si alguien merece la posteridad, sea Messi. [Narración y estadísticas (5-1)]
Fue un triunfo del montón del líder, con margen incluso para reservar incluso a varias piezas clave. Desde Alba, Iniesta o Fábregas, suplentes a voluntad, hasta Xavi, Busquets o Pedro, cambiados en el segundo tiempo. Lógicas rotaciones ahora que se viene lo bueno. Pura rutina en el Nou Camp, donde únicamente Teixeira Vitienes y Alexis Sánchez dieron la nota. Sus errores, tan clamorosos como involuntarios, pusieron pimienta a una tarde pasada por agua.
De lo bueno, como casi siempre, se encargó Messi, con una facilidad que rozó el sonrojo. En el primer mano a mano, al minuto 10, Andrés Fernández cayó a sus pies, como embelesado por esos quiebros con la cintura. El pase exacto de Xavi, la maniobra del genio y el 1-0. Pésimos augurios para un portero a quien no hacían más de dos goles desde octubre.
El empate de Loe
En ese tiempo se fraguó Osasuna una fama de equipo tosco y disciplinado, que encaja poco y marca menos. Siempre fiel al esquema de Mendilíbar. Poca calidad y mucha entrega para tapar los espacios en la inmensa alfombra del Nou Camp, donde incluso tuvo arrestos en la reacción. Aprovechó un par de despistes, aceleró por los flancos y empató tras un saque de banda, con un zurdazo de Raoul Loe.
Un leve sobresalto para el barcelonismo, porque de vuelta a la acción, Arribas metió el brazo para tapar el disparo de Adriano. Segunda amarilla, expulsión añadida de Mendilibar y el inevitable acierto de Messi desde los 11 metros. A falta de los pormenores, todo escrito antes del descanso, con ese gol de Pedro. Aunque claro, el diablo está en los detalles.
La letra pequeña, como la grande, la escribe Messi. Solo o con Villa a su vera, como fue el caso. Dos meses y medio después volvía a la titularidad en Liga el asturiano, que buscó y se entendió con el '10'. A la vuelta de la pausa, puso un balón al espacio para el lucimiento de Leo. Después, participó también en el quinto, generado por Adriano, definido por el de siempre.
Los fueras de juego
Era una fecha algo especial para Villa y Roura le dio la opción de agotar los 90 minutos, un hecho que sólo admitía tres precedentes en todo el curso. Más normal es lo de Teixeira y sus jueces de línea. Si dieron validez al 3-1, en evidente fuera de juego, anularon otro posterior, cuando Messi partía en posición correctísima. A nadie dejaron contento.
Claro, que nadie erró tanto como Alexis, cuya media hora tuvo tintes hasta cómicos. Y mira que lo intenta el chileno, tan intenso como torpe. Suya fue la responsabilidad de que Osasuna no se llevara mayor castigo. A falta de mayores alegrías, en Pamplona pueden presumir aún de una de las mejores defensas del campeonato. |
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