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 Español 0 - 2 Real Zaragoza
Redacción (NJ) (Feb 13, 2012) Fútbol |
 La actuación de Roberto y los goles de Da Silva y Juan Carlos daban la razón a aquellos que se niegan a ver al Real Zaragoza en la Liga Adelante. Los aragoneses se imponían en su visita al Espanyol gracias a una gran segunda parte. Los de Jiménez rompen así la pésima racha y se obligan a seguir creyendo en un milagro que continúa lejano.
Victoria, redención, ilusión y vida. Cuatro conceptos englobados en 90 minutos de infarto. El Real Zaragoza volvía al camino de la victoria después de catorce partidos con el sabor del descenso en la boca. Lo hacía por 0-2, en Cornellá, ante un Espanyol que llegaba lanzado. Equipo en Europa cae derrotado contra escuadra desahuciada. Por eso el fútbol mueve masas.
El encuentro venía incendiado por las declaraciones previas de Manolo Jiménez, buscando la motivación de una plantilla con la obligación de demostrar que no baja los brazos antes de tiempo. Además, el técnico introducía novedades en el once. Pablo Álvarez debutaba en el lateral derecho, colocando a Lanzaro de central por Paredes; Edu Oriol se situaba en un costado, Luis García en otro y Lafita de mediapunta; por último, el doble pivote lo formaban Apoño y Pintér, sustituyendo a Dujmovic.
En los primeros minutos, los maños empujaron arriba y probaron con un disparo de Luis García desde lejos. Eso sí, el dominio era de los locales gracias a hombres como Verdú, Weiss o Coutinho. Las ocasiones claras brillaban por su ausencia y los acercamientos se solventaban por parte de ambas defensas sin excesivos problemas. Al menos, el Real Zaragoza lograba frenar la mayor calidad espanyolista e incluso aparecía de vez en cuando por el área de Casilla.
La imagen de los de Manolo Jiménez tenía ciertos tintes de solidez, con mayor tranquilidad en defensa. Aunque la mejor oportunidad llegaba en el 38 para los locales. Coutinho mandaba un disparo ajustado al palo y Kalu Uche, con todo a su favor, perdonaba ante un Roberto que comenzaba a agrandar su leyenda matinal. El mismo nigeriano erraba ante la portería completamente libre de marca poco después, salvándose los avispas en los mejores minutos de la escuadra de Pochettino. Al descanso, el 0-0 inicial.
La tónica en la segunda mitad cambiaría por completo. Los de Jiménez presionaban mucho más arriba, pero la gran ocasión la tenía de nuevo el Espanyol. Un centro desde la banda zurda que Romaric remataba mal con todo a su favor para hacer el 1-0. Tan sólo dos minutos después, Weiss ofrecía un balón al espacio a Coutinho que no podía tampoco con Roberto mano a mano.
A la jugada siguiente, el milagro. Desde el saque de esquina mandaba Luis García un buen balón al segundo palo donde Da Silva cabeceaba a las redes. Era el 0-1 ante la incredulidad de todo el estadio y de los propios futbolistas. No cambiaron las tornas, eso sí, porque al minuto, Coutinho se sacaba un zurdazo que rebotaba en el larguero y en el remate posterior Verdú la mandaba fuera con un remate acrobático.
En busca quizás de una mayor posesión, Jiménez introducía a Micael por Luis García, que se marchaba ovacionado del que fuera su estadio. No obstante, el encuentro tenía visos de hacerse eterno para los intereses maños. Pero a partir de aquí se vio el mejor Real Zaragoza. En primer lugar, tendría en las botas de Postiga la oportunidad de distanciarse en el luminoso. Lafita robaba en el centro del campo y Micael conducía el contraataque, dejando al ariete mano a mano con Casilla. El nueve de Portugal intentaba una vaselina extraña desperdiciando una ocasión inmejorable para el 0-2.
Con Weiss y Coutinho enchufados, daba la impresión de que el empate podía llegar en cualquier momento. Pero la realidad fue que Lanzaro tuvo de nuevo la sentencia. Gran centro de Micael desde la izquierda, inmenso desde su salida, que el italiano remataba con todo encontrándose con un paradón de Casilla. En el 81, jugada individual de Obradovic cuyo disparo se marchaba rozando el lateral de la red. Eran, probablemente, los mejores minutos de la temporada del Real Zaragoza.
Hasta el final del partido, un amago de infarto. En el 87, un inmenso Coutinho volvía a encontrarse con Roberto en un zurdazo espectacular; pudo sentenciar en la siguiente Micael tras un gran pase de Juan Carlos, pero de nuevo se imponía Casilla. Pero el gran grito de gol, el de quitarse de encima catorce partidos de angustias, llegó en el 93. Pase de calidad del luso al hueco que el “Galgo” aprovechaba para, esta vez sí, regatear a Casilla y poner el 0-2 de la vida.
Una victoria merecida, más allá de las grandes ocasiones del Espanyol salvadas por un insuperable Roberto Jiménez. El segundo tiempo de los aragoneses demuestra que los futbolistas sí quieren pelear hasta el último instante. Corazón, garra, lucha y, por qué no decirlo, dosis de calidad en hombres como Apoño y Micael que deben mantener la tónica mostrada en tierras catalanas. ¿Razones para creer? Visto lo visto, sí. |
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