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Opinión¡Ojo! Que viene el profesor
Redacción (NJ) (Feb 09, 2012) Opinión
El fenómeno cada vez menos novedoso por el número de casos de la violencia en la escuela ha llevado al Gobierno de Aragón a considerar autoridad pública a los profesores. Y no sólo eso, sino también a dar más peso a la versión del docente cuando se instruyan procedimientos por conductas contrarias a las normas de convivencia. Una respuesta para evitar agresiones verbales o físicas procedentes de unos alumnos que han perdido el respeto a un superior porque seguramente en sus casas también está en un segundo plano.

Es una solución en la que el estudiante pasa a ser considerado responsable de sus acciones, que en caso de ser lesivas no sólo tiene que reparar el daño, sino también pedir perdón públicamente. Una forma de educar también en conciencia para crear ese sentimiento de que ha hecho las cosas mal.

Además, el texto diseñado por el Gobierno de Rudi también pretende castigar a través del dinero a los padres. A partir de ahora tendrán que hacerse responsables subsidiarios de los desperfectos que hagan sus hijos. Algo que obliga a los progenitores o tutores de esos niños a considerar que la actitud de sus pequeños “no es una chiquillada, sino que provoca conflictividad en el centro educativo”.

Así lo señala el Centro Reina Sofía en uno de sus informes sobre violencia escolar en el que se afirma que el 59,3% del maltrato en el entorno escolar es físico, el 64,8% es emocional y el 50% corresponde a abusos sexuales. La mayoría de ellos ocurren principalmente en el patio, mientras que el maltrato económico (73,3%) y el vandalismo (48,5%) se dan en mayor medida en el aula.

Unos datos que dejan patente que la autoridad, pero sin miedo al profesor, debe instaurarse en los colegios, a donde no se va para ser educados, sino para ser formados. La educación debe ser inculcada en casa, aunque sea a costa del bolsillo de los progenitores.

Si no se frena la violencia en este entorno, la sociedad habrá fracasado en su objetivo principal de cara a la infancia: construir generaciones que contribuyan al desarrollo y a la evolución del ser humano.

Editorial de Aragón Digital

  
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