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 Alicia Alonso: “Para conocer al ser humano, hay que partir de lo clásico”
M. Maristany (Sep 12, 2011) Entrevistas |
 Alicia Alonso, bailarina y coreógrafa. A los 90 años sigue en activo. Es directora y fundadora del Ballet Nacional de Cuba. Presenta ‘El lago de los cisnes’ en Barcelona.
Alicia Alonso es toda Cuba: latina hasta los tuétanos y sin embargo la más clásica de las bailarinas. Con casi 91 años nos recibe erguida cual estaca en el suntuoso hall del teatro Tívoli de Barcelona. Asegura su paso llevada del brazo por su marido Pedro Simón; sus ojos han dejado ya de ver.
Prima ballerina assoluta y fundadora de una de las compañías de ballet más prestigiosas del mundo, posee en su haber todos los reconocimientos internacionales. Pero ella siempre será Giselle, así lo quiere, el papel que se asociará eternamente con su rostro. Presenta El lago de los cisnes en la Ciudad Condal.
-Ha bailado durante siete décadas, algo que nadie ha logrado. ¿Cuál ha sido la fórmula?
-Sacrificio y amor por la danza, luchar por su reconocimiento. Toda persona tiene un gran amor del alma, que da sentido a su vida. Yo he amado la danza desde chiquita.
-El público ya no la ve bailar, pero usted suele decir que vivirá 200 años. ¿Qué le mueve a seguir al frente de la compañía?
-No bailo físicamente, pero sí mentalmente. Veo un ballet y lo estoy bailando. Monto coreografías en mi cabeza, bailo con la enseñanza: esto falla, este no salta bien... Cuando el público aplaude, yo bailo. Sigo sintiendo la conversación del artista con el público.
-El año pasado recibió los homenajes del Bol-shoi, del Covent Garden y del American Ballet. ¿Qué sintió? El círculo de Alicia Alonso ¿se ha cerrado con el broche perfecto?
-Sentí una gran emoción. En el American Ballet bailé durante 20 años, aunque nunca dejé de bailar en Cuba. En estos homenajes he recorrido los inicios de mi carrera, he recordado a personas, artistas, momentos preciosos, inolvidables. En Londres me sentaron en el palco de la reina. El Bol-shoi ha sido el último homenaje; jamás lo olvidaré. Me lo han devuelto todo.
-Reivindique el ‘ballet’ clásico. ¿Qué nos puede decir hoy? Defiéndalo.
-Se defiende por sí solo, pero tiene que haberlo. Para inventar, hay que partir del clásico. Para conocer al ser humano y su capacidad de creación, hay que partir de lo clásico, ver de lo que ha sido capaz. Es como oír a Beethoven o Mozart; por favor, no se lo puede perder, al menos una vez en la vida. El clásico se goza y el público sale encantado.
-¿Qué ha supuesto para el pueblo cubano la creación del Ballet Nacional de Cuba?
-Hemos demostrado que se puede bailar clásico aunque se sea latino. Nos ha dado orgullo como país.
-Díganos algunas palabras sobre España. ¿Qué lugar ocupa en su vida?
-Mis abuelos eran españoles. El baile español es lo primero que aprendí. Mi padre vino a España a comprar caballos para el ejército cubano cuando yo tenía siete años. Pasé un año bailando la malagueña, la jota, la sevillana. Bailaba sevillanas delante de mi abuelo. España ha bailado siempre; por eso siempre vuelvo. |
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