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Los ocupas de Lagasca esperan abrir el edificio como centro cívico alternativo Redacción (NJ) (Jun 23, 2011) Zaragoza |
Los indignados del 15M que ocuparon el número 4 de Lagasca, en Zaragoza, esperan abrir el edificio como centro cívico alternativo en septiembre. Las personas que están trabajando en el inmueble desde el pasado domingo han justificado la ocupación, ya que defienden que no es una propiedad privada porque "la Caixa" es una caja de ahorros participada por la Generalitat de Cataluña.
Septiembre es el mes en el que los indignados del 15M esperan abrir al completo el edificio de la calle zaragozana de Lagasca convertido en un centro cívico alternativo, un inmueble que ocuparon el pasado domingo tras la multitudinaria manifestación en contra del Pacto del Euro.
Así lo ha asegurado el portavoz de este movimiento, Alfonso Alegre, en una visita organizada para los medios de comunicación para conocer cómo se encontraba el edificio y las actuaciones que están realizando.
Hasta ahora, el grupo se ha dedicado a la limpieza y desescombrado del llamado “Paraguas”, construido en 1936 y con una superficie edificada de 1.721 metros cuadrados.
Alegre ha calificado el estado del inmueble como un “nido de ratas” en el que había ropa, colchones, muebles antiguos, así como restos de indigentes e incluso de toxicómanos.
Es por ello que confía en que "la Caixa", propietaria del edificio a través de Servihábitat, no pida una orden de desahucio, sino que les permitan convertir este edificio “abandonado desde hace diez años en un centro cívico alternativo”. Es más, Alegre ha justificado que en realidad “no es una propiedad privada”, sino que “las cajas de ahorro están controladas por las administraciones públicas, que deciden quiénes son los presidentes, y, por tanto, éste es un edificio público”.
Alegre ha querido destacar que lo que están haciendo “no es una ocupación, sino que es una recuperación”. Para defender esta idea ha aseverado que cuando esté acondicionado se abrirá a todo el público en general y que no responde a los principios okupas, a pesar de que en el día en el que entraron en el número 4 de la calle Lagasca se escucharon gritos de “¡Anticapitalistas! y ¡Okupas resisten!”, entre otros.
No obstante, cabe la posibilidad de que la entidad financiera catalana decida denunciar estos hechos ante la Justicia, algo que reconocen los jóvenes y mayores que allí trabajan, si bien estos indignados se han comprometido a “no ser violentos” si un día agentes del Cuerpo Nacional de Policía entran en el edificio para echarlos.
El edificio, de cuatro pisos, está distribuido en siete áreas –Economía, Jurídica, Comunicación y Redes, Permanencia, Infraestructura, Coordinación y Expansión– en la que decenas de jóvenes se distribuyen las labores de acondicionamiento del mismo.
Todo ello para convertirlo en un centro sociocultural para la ciudadanía, con talleres diversos. Para garantizar su seguridad, incluso, han visitado el edificio varios arquitectos y técnicos “amigos” que han calificado la casa como “sólida y resistente”.
Junto a las labores de limpieza, muchos están cableando el edificio que dispone de luz eléctrica, aunque, según los responsables de este movimiento, “es gracias a una generosa contribución de Endesa”, ha ironizado.
La manifestación del 19J acabó con la ocupación de dicho edificio con la sorpresa de los vecinos de esta zona, situada en el centro de la capital aragonesa. Para explicar todo lo que están realizando, el movimiento ha “buzoneado” estos días un escrito a los vecinos de la zona para informarles que el movimiento “no pretende convertir el edificio en un espacio para fiestas y botellones, sino en un centro público ciudadano”. |
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