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Mañana puede nevar en Zaragoza Redacción (NJ) (Jan 08, 2009) Aragón |
No hubo apenas nieve ayer en Aragón. El importante descenso de temperaturas que se dio en las tres provincias, entre dos y seis grados, se mantendrá hasta el fin de semana, aunque mañana podría azotar con mayor dureza en Teruel, ya que las previsiones apuntan a que "entre el viernes y el sábado" se den precipitaciones de hasta 30 litros en cualquier punto de la provincia y que se traduciría en una importante nevada. Las zonas más amenazadas son las más próximas a la provincia de Castellón pero, según cómo evolucione, podría alcanzar puntos situados más al norte e incluso descargar, de forma más débil, en Zaragoza capital y localidades del Valle del Ebro.
La jornada de ayer fue un preludio de los efectos que podría tener en las próximas 48 horas. Y es que se produjo un descenso moderado de las temperaturas mínimas, "entre dos y seis grados" según la Aemet, que hizo que los termómetros bajaran hasta los 12 grados bajo cero en las localidades más próximas al Pirineo (en algunos refugios se registró hasta 16 bajo cero), los 13 y 10 bajo cero en Valdelinares y Javalambre, respectivamente.
Era lo esperado en las zonas montañosas, pero a cotas más bajas se registraron también temperaturas que rondaron los 9 grados bajo cero en puntos como Calamocha, o 4 bajo cero en Teruel, Huesca, Alcañiz o Sariñena, entre otras muchas. En Zaragoza, el efecto fue más débil ya que los termómetros estuvieron en torno a 1 o 2 grados bajo cero en toda la provincia, incluida la capital.
De hecho, para hoy se mantiene la alerta amarilla por bajas temperaturas en Teruel, y más concretamente en las comarcas de Bajo Aragón --hasta 4 grados bajo cero--, Albarracín, Jiloca, Gúdar y Maestrazgo --hasta 8 bajo cero-- para las primeras horas del día. Pero, según Meteorología, "en las próximas horas, de confirmarse la previsión de nevadas, Aragón pasaría a estar en alerta naranja, esta vez por precipitaciones".
Las carreteras, ayer, apenas registraron incidencias de consideración. La formación de placas de hielo hizo poner en marcha las máquinas quitanieves en buena parte de la red estatal y secundaria de carreteras, aunque solo en siete tramos fue necesario el uso de cadenas.
El viento fue determinante para que las heladas no fueran generalizadas en toda la comunidad. Con rachas de hasta 30 kilómetros por hora "evitó la pérdida de calor del suelo", explicaron los técnicos, "aunque también hiciera pensar que estábamos a dos o tres grados menos, por la sensación térmica". |
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