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 Lor Reyes Magos de Oriente llenan de ilusión a grandes y chicos aragoneses
Redacción (NJ) (Jan 06, 2009) Aragón |
 Sus majestades los Reyes Magos de Oriente han visitado este lunes Zaragoza, Huesca y Teruel para volver a llenar de ilusión a grandes y pequeños. Tras sobrevolar la ciudad en la telecabina de la Expo, han protagonizado una espectacular llegada a los pies de la Torre del Agua, donde ya les estaban esperando cientos de niños en Zaragoza.
Allí les han saludado a todos, y Melchor ha asegurado que “la inmensa mayoría de los niños de Zaragoza han sido buenos durante este último año”. “Nuestros camellos vienen cargados de regalos”, ha afirmado el Rey Mago, aconsejando a todos los pequeños de que se acuesten pronto. “Si nosotros llegamos y encontramos las luces encendidas, pasaremos de largo y no dejaremos ningún juguete”, ha advertido.
Recién llegado de Oriente, Melchor ha valorado mucho la última parte del trayecto en telecabina. “Es estupendo ver cómo ha cambiado Zaragoza durante el último año”, ha afirmado, agradecido porque “esta noche vamos a repartir los regalos con menos obras, y lo podremos hacer más deprisa que el año pasado”.
Pero antes de ponerse manos a la obra, Melchor, Gaspar y Baltasar se han subido a sus carrozas para saludar a toda la ciudad acompañados de un séquito de más de 300 pajes, ayudantes, músicos, guerreros, acróbatas, magos, gigantes, fakires, patinadores y malabaristas. Tampoco han faltado fantásticos personajes como Cleopatra, subida en su flamante barca, o Aladino, que de vez en cuando se asomaba desde dentro de la gigantesca lámpara mágica. Tampoco han faltado los carteros reales, que montados en simpáticos dragones recogían a toda prisa las últimas peticiones de los más pequeños.
Cada una de Sus Majestades ha traído a las calles de Zaragoza, Huesca y Teruel lo más exótico de su respectivo lugar de origen. Así, a Melchor, en Zaragoza, lo anunciaba un enorme gong asiático, seguido de un elefante sobre el que viajaban los príncipes. Gaspar iba acompañado de todo un séquito medieval, e iba montado sobre una marmita gigante. Baltasar era anunciado por atronadores tambores africanos.
Pero poco se escuchaban los sonidos de la cabalgata frente al griterío de los niños zaragozanos, que son los auténticos protagonistas de esta tarde mágica. El entusiasmo ha llevado a algunos incluso a llevar pancartas, como si fueran a ver a una gran estrella del rock. Todos afirmaban haberse portado muy bien, hecho la tarea, recogido su cuarto, y ayudado a sus padres y abuelos. “Yo he alegrado a la gente cuando está enfadada o triste”, ha añadido un pequeño, muy seguro, como todos, de que iban a traerle todo lo que ha pedido.
Las peticiones han sido de lo más variadas: videojuegos, bicicletas, muñecas, cocinitas, coches teledirigidos, princesas, botas de fútbol, pizarras, disfraces de superhéroes. De todo, menos carbón. |
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