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EDUCACIÓN 23-1-2006
XII. La Fuerza de Voluntad: Su Desarrollo
Miguel Ángel Albás Mínguez
Cómo desarrollar la fuerza de voluntad para que, libremente, las personas decidan hacer lo que deben hacer, porque es lo mejor, es uno de los temas que ha de contemplar la Ley de Educación. Para ello, es preciso, que cada individuo tenga claro la finalidad de su existencia, cual es el sentido de su vida. Ello implica que se le facilite información de calidad para que pueda elegir, de ahí que no tenga sentido el impedir su formación en determinadas materias fundamentales. De otra parte, su falta de conocimiento les hará fácil presa de sentimientos exacerbados y fanáticos.
Las Dos Direcciones de la Fuerza de Voluntad
Como las resistencias que se oponen a la realización de una meta se encuentran bien en el mundo interior o bien en el mundo exterior es, en estas dos direcciones, donde la fuerza de voluntad ha de actuar.
Direccion Interna
En su dirección interna, a la fuerza de voluntad le incumbe determinar en que grado han de incidir los sentimientos, instintos, tendencias, deseos y pasiones en el comportamiento del individuo, ya que es precisamente sobre estas resistencias donde se ha de dirigir (si así lo decide) la fuerza de voluntad.
Como es obvio son múltiples las posibilidades de su aplicación. Así se prueba la fuerza de voluntad cuando las personas se encuentran ante impulsos, deseos, pasiones,... sean estos de goce de paladar, sexuales, de apetencia de estimulantes del sentimiento vital: alcohol, nicotina, droga, etc. Otro campo de aplicación de la fuerza de voluntad interna, la resistencia a las sensaciones corporales desagradables: hambre, sed, molestias físicas, cansancio, dolor, etc.
La fuerza de voluntad puede llegar a actuar, no sólo en la regulación de las tendencias, instintos y sentimientos, sino también en la regulación y organización de la percepción de las imágenes o representaciones y de los pensamientos. Es por tanto, defecto de falta de fuerza de voluntad interna el que un individuo se deje desviar continuamente, por las impresiones externas (falta de atención) o el que no pueda mantener sus pensamientos (falta de concentración); como lo es también la entrega desenfrenada a los ensueños, a la fantasía, a las ilusiones.
Direccion Externa
La acción de la fuerza de voluntad se enfrenta con los obstáculos que le presenta la realidad exterior, y su tarea consiste en el vencimiento de dichos obstáculos.
Hemos de indicar que esta realidad exterior variará de significación para cada individuo.
Así, para unos la presión ambiental la polarizarán en la falta de "libertad": represión o "autoritarismo" de los padres, maestros, autoridades... Para otros será falta de información, imposibilidad de establecer los cauces apropiados. Para unos terceros esta presión ambiental la polarizará, principalmente, por no poder utilizar mas tiempo libre a sus aficiones o hobbys, etc.
Los Cuatro Campos donde se Desarrolla la Voluntad
El niño no tiene más que tendencias, instintos, de ahí que siga a sus necesidades y caprichos y lo hace de modo inconstante, ya que está falto de reflexión. No tiene conciencia clara de lo que quiere, puesto que no tiene conciencia del "yo". Esta conciencia la va adquiriendo a medida de que la experiencia le "dice": que no siempre puede satisfacer sus caprichos, sus tendencias, ya que cada vez es más consciente de las resistencias que le presenta el mundo exterior. Pues bien, cuando el niño se encuentra con estas resistencias, es cuando empieza a desarrollar la voluntad. Respecto a los adultos el desarrollo se presenta ante los dos mundos antes mencionados: el interior y el exterior. Hecha esta aclaración vamos a ver cada uno de estos campos.
El primer campo donde se desarrolla la voluntad, es cuando el ser humano intenta regular lo que acontece en el exterior y en su interior. Entonces lucha por establecer un nexo de unión entre el mundo exterior y el interior. Un ejemplo gráfico nos lo ofrece la ascensión de una montaña. En donde, por un lado, dirigimos nuestros pasos relacionándolos directamente con las dificultades del terreno (mundo exterior) y a la vez nuestro movimiento se encuentra bajo control consciente, tratando de asegurar nuestros pasos para no caernos.
Un segundo campo donde desarrollamos la voluntad es aquel en el que elegimos entre múltiples impresiones sensoriales, determinando cual de ellas es la que decidimos se convierta en objeto de nuestra percepción sensorial: Atención.
El tercer campo es el de las representaciones o imágenes y el pensamiento. Es otro ámbito en el que la voluntad, con su función inhibidora y rectora, ordena y dirige los pensamientos: Concentración. Hablamos entonces de concentración de nuestro "yo".
Y por último, el cuarto campo, en el que la voluntad ejerce su acción sobre las tendencias y sentimientos. Naturalmente la voluntad no puede evitar que aparezcan esas tendencias y sentimientos en nuestro ánimo, pero si es cierto, que puede determinar si deben actuar o no y, en que medida lo hacen estos y no otros sentimientos o tendencias, que la voluntad busca para que actúen. "Es inevitable sentir pero se puede consentir o no". Es en definitiva la voluntad la que debe dirigir y configurar nuestra vida de acuerdo con la inteligencia.
Perfeccionamiento de la Voluntad
Una vez expuestos los campos donde se desarrolla la voluntad, vamos a indicar como podemos mejorar nuestra fuerza de voluntad, ya que la fuerza de voluntad tiene necesidad de ser adquirida.
Primera fase: la concepción del fin. ¡Hoy son tantos los que no saben lo que quieren! Es ineludible la necesidad de tener un objetivo en la vida. Que los chavales tengan una idea clara de para qué han nacido. Si no saben para qué. ¿Cómo van a ejercitar su voluntad?.
Segunda fase: la deliberación. Que consiste en sopesar el valor real del fin y de los medios que hay que tomar; así como la posibilidad de utilización de dichos medios, examinando sus pros y sus contras, sin precipitaciones.
La incapacidad de deliberación puede provenir por no poder prestar atención; por el tiránico predominio de un juicio (prejuzgar y etiquetar a las personas o instituciones), o por el excesivo empuje de una pasión o una adición.
Tercera fase: la decisión. Saber decidirse de una manera seria, con intención firme de adoptar los medios convenientes que son consecuencia del querer sincero. La incapacidad de esta tercera fase la manifiestan los indecisos y los veleidosos, que quieren el fin, pero no quieren poner los medios que son necesarios para lograrlo.
Cuarta fase: la ejecución. Entre las diversas actitudes que se suelen adoptar de cara a la ejecución podemos distinguir: Los que se presentan a realizar la decisión, pronto, en el primer momento, enseguida que les es posible. Los que se muestran animosos y perseverantes en la lucha contra los obstáculos que se presentan. Los que son pacientes y no se rinden ante los primeros obstáculos y tratan de sortearlos en el momento oportuno.
"La perfección de la voluntad no se mide por el esfuerzo que uno debe realizar sino, por el contrario, por la facilidad con que lo realiza" Cuando uno está ejercitando su voluntad va adquiriendo hábitos que le dan tranquilidad y seguridad.
Un buen medio para adquirir esos hábitos consiste en someterse de una manera activa a un reglamento, a un plan de vida, a un plan de estudios. De este modo uno se habitúa a no seguir los propios caprichos, a ordenar racionalmente la propia actividad de acuerdo con el fin que ha preestablecido. En el caso del estudiante: estudiar.
Pues bien el que logra perseverar en sus maneras de obrar, va consiguiendo que entren en la esfera del "automatismo" una multitud de actos cotidianos, con lo que ya no tiene necesidad de gastar, cada día, su actividad consciente. De este modo la podrá dedicar a nuevas y más importantes tareas.
Plan de Estudios - Horarios
Para que el estudio sea eficaz hay que dedicarle tiempo. Hay muchos alumnos que piensan que con el horario del Centro Escolar y un poco de esfuerzo, unos días antes de las evaluaciones, ya han cumplido con su obligación. Como mucho y excepcionalmente, podrán pasar los exámenes pero como hemos visto, no sólo no están poniendo los medios para cubrir su objetivo: estudiar para saber. Sino que se están deformando humanamente ya que no desarrollan su voluntad. En este sentido es preciso indicar por tanto, que es preciso vivir la constancia, es decir, dedicar todos los días un tiempo fijo(normalmente fuera del Centro escolar) al estudio.
Ahora bien, hay que pensar que no sólo cuenta la cantidad de horas de estudio, sino la calidad. Es preciso aprovechar el tiempo con un estudio intenso. Del mismo modo, se debe aprender a planificar el tiempo y el propio contenido del estudio, igual que el constructor de viviendas, a quién no se le ocurre empezar a hacer una casa sin contar con los "planos".
Planificación
Planificar es distribuir el tiempo para cada actividad. Es prever cómo aprovechar mejor el tiempo y hacer todo lo necesario, para lograrlo. Hay dos formas de utilizar el tiempo:
Llenarlo con cosas imprevistas. Realizar, en cada momento, lo que surge. Lógicamente se hace la tarea con languidez y angustia (normalmente porque hay premura de tiempo).
Buscando y planificando el tiempo necesario para hacer unas tareas concretas. Al centrar el problema en la tarea nace un sentido de urgencia y una predisposición de querer hacer las cosas bien.
El alumno debe hacer una planificación anual. A largo plazo, al principio del curso, cuando tiene los horarios de clase y puede prever las fechas de las evaluaciones.
También debe hacer una planificación semanal. Al final de la semana o el lunes por la mañana hay que dedicarse a hacer una lista de trabajos a realizar a lo largo de esa misma semana, estableciendo un orden de preferencia y fijando el día y la hora para la ejecución de dichos trabajos.
Y por último, debe hacer una planificación diaria, para reflexionar, al final del día, sobre el tiempo perdido, sobre los fallos cometidos, analizando las causas para poner el remedio adecuado.
Cómo Realizar el Horario
La planificación semanal de las actividades escolares y no escolares a realizar por el alumno es una estructuración ordenada del tiempo que va a emplear el mismo a lo largo de la semana. A continuación, vamos a indicar una serie de puntos que pueden servir de guía para confecciona un horario.
Es preciso fijar la hora de empezar a estudiar cada día. Aprovechar bien los cinco días de la semana y dejar libres los sábados y domingos. Esto es así porque, el joven debe descansar ("si está cansado"), porque tiene obligaciones con la familia, a quién debe de dedicar tiempo para estar con ella, con la sociedad y los amigos. También es conveniente emplear los sábados y los domingos en la práctica de algún deporte (hay que cansarse físicamente y también desarrollarse en este sentido).
Debe fijar el número de horas necesarias teniendo en cuenta la experiencia anterior. Lo más conveniente es estudiar "sin levantarse del asiento" de 50 a 55 minutos, pero descansar de 5 a 10 minutos (cada hora seguida de estudio). Mejora la fatiga y la capacidad de atención.
Todos los días es conveniente estudiar las asignaturas explicadas en clase. Al estar reciente todavía la explicación del profesor es más fácil estudiar. Se debe asignar menos tiempo a las asignaturas fáciles y más tiempo a las difíciles. Es recomendable repasar y estudiar antes de ir a clase. Repasar para facilitar la memorización (curva de olvido) y estudiar o leer la lección que van a explicar para facilitar la comprensión en la clase.
Ventajas del Horario
Ayuda a no perder el tiempo en decidir lo que se tiene que estudiar en cada momento. Wilian James escribió: "No hay ser humano más miserable que aquel para el cual nada le es habitual, excepto la indecisión y para el que encender cada cigarrillo, el beber cada taza, el momento de levantarse y de acostarse y el principio de cada tarea dependen de la expresa deliberación volitiva". Deberíamos convertir en automáticas y habituales tantas acciones útiles como podamos.
Adecuado empleo del tiempo sin dejarlo pasar "tontamente" ojeando una revista, el periódico, viendo la televisión, etc. Tenemos que responder ante nosotros mismos del tiempo perdido.
Dedicar a cada trabajo el tiempo más oportuno. Se podrá sacar tiempo para otras cosas: leer un buen libro, pasear, hacer deporte, estar con la familia, (padres, hermanos mayores y pequeños), estar con los amigos, ir a ver una buena película etc.
Dificultades
La dificultad más común es la desmoralización cuando se intenta cumplir el horario y se falla. Se debe tener presente que para formar la voluntad se necesita lucha. En la lucha está precisamente la fuerza de voluntad, pero es imprescindible no abatirse, no perder la alegría, sino recomenzar de nuevo. Al final viene el triunfo, si no se abandona. El hombre valiente "no rompe el espejo" porque no quiere verse "tal y come es en ese momento". Sino que se "mira" todos los días, reflexiona sobre las causas de sus incumplimientos y pone el remedio adecuado.
A menudo se pierde la capacidad de concentración. Se suele perder el tiempo pasando de una cosa a otra. No se rinde al intentar varias cosas a la vez. Muchas veces se deja el trabajo para el último momento y no se llega.
Por último, insistiremos sobre el hecho de que el horario es la piedra de toque fundamental en el estudiante, para ir forjando poco a poco su voluntad, además de ser el medio más adecuado para realizar un buen aprendizaje.
Aprender a estudiar, que es primer trabajo del ser humano, nos prepara para poder ser, el día de mañana, unos profesionales competentes, creativos y productivos. Como hemos visto abarca no sólo el trabajo desarrollado en clase sino también el desarrollado fuera de él. Atender sus necesidades, debe estar recogido en una Ley que quiera ser completa, porque afronta todas sus dimensiones de una manera total.
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