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LIBROS  •  6-6-2005

El Influjo del Quijote en la Literatura Alemana
Silvia Forcén Cano (NJ)

Don Quijote ha sido tema de muchos estudios. El hecho de que no se haya dicho nada sobre su influencia en la literatura general, en la cultura, las ideas, en las costumbres e incluso en la política (más indirectamente), hace sospechar que quizás haya muy poco por decir.

El romanticismo

A los románticos se les debe el origen de los estudios cervantinos modernos, que junto con el nacimiento del hispanismo general está estrechamente vinculado al nacimiento del romanticismo. Así pues, el enfoque adecuado para un análisis del influjo de Don Quijote es el romanticismo.

Don Quijote alemánLos románticos fueron los primeros en señalar la complejidad de la obra cervantina. También fueron los primeros en describir la sutileza lingüística de las obras de Cervantes, los primeros en ver que el uso de personajes pertenecientes a la clase baja era una característica positiva. Y por último, también fueron los primeros en entender el complejo punto de vista de Cervantes sobre la Caballería: que por un lado atacaba la literatura caballeresca, y por otro defendía lo que entendía por caballería verdadera.

Romanticismo alemán

Las primeras historias verdaderas de la literatura española, las de Bouterwek y Simonde de Sismondi, son también las principales transmisoras de las ideas románticas alemanas sobre Don Quijote al resto de Europa. Boutewerk, dijo que Don Quijote era "el prototipo indudable de la novela cómica. Las situaciones humorísticas son, es verdad, casi todas burlescas, lo que no era necesario, pero la sátira es tan delicada, que se escapa más que se impone a la atención inexperta".

Del mismo modo, Simonde de Sismondi, calificó la obra como un libro de caballerías burlesco, y dijo que "ninguna obra en ningún otro idioma ha mostrado jamás una sátira tan exquisita o tan viva, o una inventiva tan acertada y resuelta con tanto éxito".

Influencia

Don Quijote fue la novela por excelencia en el siglo XVIII, sobre todo en Inglaterra y Alemania; donde la novela era el género literario por excelencia. Además, casi todos los aspectos y fases de la vida alemana reflejada en la literatura, entre 1750 y 1800, están relacionados con Don Quijote.

Don Quijote
fue el libro preferido de los primeros románticos alemanes.

Los alemanes que dieron forma al romanticismo sentían una admiración muy grande por Don Quijote.

Los hermanos Friedrich y August Wilhelm Schlegel son a quienes se les atribuye el inicio del romanticismo. Friedrich encontró en Cervantes "el verdadero artista romántico, inspirado y consciente". August, divulgador de las ideas de su hermano, proclamó que Don Quijote "era la obra perfecta del arte romántico culto".

Ludwig Tieck, es quien es considerado la cabeza visible de la escuela romántica alemana, aunque ha disminuido su prestigio, mantuvo una amistad con Cervantes, sellada de por vida. Tieck tradujo Don Quijote al alemán (1799-1801).

Johann Jacob Bodmer ofreció en 1741 el primer análisis crítico alemán de Don Quijote. También fue el descubridor de la literatura medieval alemana.

Influjo alemán

En Alemania el influjo de Don Quijote fue tardío y menor al de autores como Baltasar Gracián o la novela picaresca durante los siglos XVII y XVIII, en el que predominó el influjo del racionalismo francés.

En 1777, Bertuch publica una traducción, pero ya en 1764 había publicado a imitación de Cervantes "Don Silvio de Rosalva".

El romanticismo, como ya hemos dicho, supone la aclimatación del cervantismo; y de la obra de Cervantes se ocupan los hermanos Schlegel, Tieck, etc...

La visión general de los cervantistas románticos alemanes consiste en percibir en el caballero una personificación de las fuerzas que luchan en el hombre, del eterno conflicto entre el idealismo y prosaísmo, entre imaginación y realidad, entre verso y prosa.

Heirich Heine puso el prólogo a la edición francesa de Don Quijote; no debemos olvidar, por otra parte, su siniestro augurio de que los pueblos que queman libros terminarán por quemar hombres, que se contiene en su pieza dramática "Almansor". Para este autor, constituyen el triunvirato poético de la modernidad Cervantes, Franz KafkaShakespeare y Goethe.

Richard Strauss renueva el tema con el poema sinfónico "Don Quijote. Variaciones fantásticas sobre un tema caballeresco" (1897).

En el siglo XX, Franz Kafka compone su apólogo "La verdad sobre Sancho Panza" y, en mayo de 1934, el novelista Thomas Mann elige como compañero de viaje a Estados Unidos la traducción de Tieck del Don Quijote, experiencia que quedará recogida en su ensayo "A bordo con Don Quijote", en la que el autor esboza una defensa de los valores de la cultura europea amenazada por un fascismo en auge. En el sentido de la comicidad y el ridículo cristiano, se decanta el ilustre hispanista y cervantista Fiedrich Schürr, en su conferencia de 1951 "Don Quijote como expresión del alma occidental".