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MÚSICA  •  21-2-2005

Noche de Retorno y Nostalgia
Víctor José Rodríguez Galisteo (NJ)

Espectacular concierto el ofrecido por Sherpa y su banda en el Centro Cívico Delicias de Zaragoza, espectacular no por la manera de ofrecerlo, sino por el contenido del regalo que Sherpa iba a ofrecer a los espectadores.

Cerca de 200 personas llenaban el aforo, ofreciendo una buena entrada, para ver el regreso de Sherpa, antiguo cantante y bajista de la original formación del mítico grupo Barón Rojo, ahora en solitario, después de 14 años lejos de los escenarios.

El concierto empezaba de una manera fría, sin introducción previa que hiciera desear al espectador la entrada a escena del grupo, más bien, sorprendiendo con una humilde y repentina salida, interrumpiendo las conversaciones del público, que en su mayoría iban relacionadas al tema "a ver que tal esta este... a ver si toca algo de Barón..." pero nadie imaginaba lo que pasaría después.

Así empezaba Sherpa, con buen aspecto y una desconocida banda, su concierto, con el tema que da título a su nuevo álbum "Guerrero en el desierto" y con algún que otro problema de sonido, que poco después se encargaría el equipo técnico de arreglar.

El público, integrado por una mezcla de gente joven y gente mayor, se iba animando poco a poco, ya que Sherpa empezaba a combinar temas nuevos con temas de Barón Rojo, logrando divertir a todos.

Pasada la media hora, llegaba la sorpresa de la noche, el líder de la banda presentaba a sus desconocidos guitarras, Raúl y Juan Carlos, y a su batería, que había estado sentado detrás de los bombos y platos toda la noche, y resultó, al levantarse, que era Hermes Calabria, batería original de Barón Rojo.

Entonces el público entendió que lo que se estaba presentando en el C.C. Delicias, no era el regreso de un viejo rockero con un nuevo disco para sacar dinero, sino el retorno de la mitad de una banda mítica, cansada de ver a los hermanos De Castro hacer viejo a un gran grupo, aprovechándose del trabajo que realizaron en el pasado y con ganas de volver a lo más alto.

A partir de ese momento, Sherpa y Hermes, ambos geniales durante toda la noche, comenzaron a tocar única y exclusivamente temas que han hecho grandes a Barón Rojo, pero temas que el mismo Sherpa compuso, como "resistiré", "los rockeros van al infierno", "un concierto para ellos" o "los hijos de Caín", haciendo gala de su perfecta y conservada voz, transmitiendo esa energía guardada durante década y media, a la sombra de unos hermanos que han querido hacerlo olvidar, despreciando a su persona y aprovechándose de su trabajo.

Los guitarras ayudaron a los viejos rockeros a convertir la noche en un regreso a los gloriosos y felices años 80, años de éxitos y alegrías de los barones, tocando con una profesionalidad que nada tiene que envidiar a los hermanos Armando y Carlos De Castro, arropando bien a una banda con un gran talento.

El público, entregadísimo, disfrutó y saboreó del regreso de un grande, casi olvidado por sus fans, que tiene unas ganas enormes de hacer buena música, y por lo que demuestra en el escenario, se ha olvidado de envejecer.