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CINE 7-2-2005
Crítica - 'Largo Domingo de Noviazgo', de Jean-Pierre Jeunet
Enrique Marqués (NJ)
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Sinopsis
Cuando la Primera Guerra Mundial se acerca a su fin, para una joven francesa está a punto de comenzar la más grande de las batallas. Mathilde ha recibido la noticia de que su prometido Manech es uno de cinco soldados heridos que han sido sometidos a consejo de guerra y enviados a la tierra de nadie que hay entre los ejércitos francés y alemán... y a una muerte casi segura. Mathilde, que no está dispuesta a aceptar que haya perdido para siempre a su querido Manech, se embarca en un extraordinario viaje para descubrir el destino de su prometido.
Comentario
Tras el espectacular recibimiento de 'Amélie', el cineasta francés Jean-Pierre Jeunet vuelve a asociarse a la actriz protagonista de aquella, Audrey Tautou, en una nueva película sólo aparentemente alejada del que fuera el mayor éxito del cine francés en años. En esta ocasión, con el título 'Largo domingo de noviazgo', adapta una famosa novela francesa que nadie antes, por su complejidad, se había atrevido a llevar al cine.
Y si sólo es aparente este cambio de registro es porque, a pesar de contar una maravillosa historia de amor en la distancia separada por la I Guerra Mundial, Jeunet no renuncia a su particular y extraordinario universo fílmico, que lo convierten en uno de los realizadores actuales con una mayor capacidad visual y una desbordante imaginación, que demostró en títulos inolvidables como 'Delicatessen' o la ya mencionada 'Amélie'.
La película funciona estupendamente gracias a su estructura narrativa, alternando los escenarios del frente de batalla (con un extraordinario tratamiento visual y estético de Jeunet y su director de fotografía, aunque sin renunciar a la truculencia más o menos exhibicionista), con aquel en el que se desenvuelve el personaje de Tautou, una mujer coja que no se resigna a las informaciones que llegan desde el frente, según las cuales su novio habría sido sometido a un consejo de guerra y fusilado junto a otros cuatro compañeros.
A todo ello se añade la insuperable labor de Bruno Delbonel en la fotografía y el original al tiempo que magnífico trabajo de decoración, además de unos efectos especiales capaces de recrear el París de la época de manera asombrosa. Jeunet se arriesgaba con todo ello a parecer frívolo pese a hacer una película ambientada en gran parte en la guerra, pero sale del escollo gracias a su demostrada sensibilidad, donde priman el encanto, el buen humor y el romanticismo sin que por ello deje de ser veraz a la hora de reflejar el drama de la situación.
Como curiosidades, la actriz nortemaericana Jodie Foster tiene un pequeño pero importante papel en la trama, y Jeunet vuelve a incluir a su actor fetiche, Dominique Pinon, (quizá el freak más gracioso del cine), en el papel de tío de la protagonista. Así mismo, hay homenajes a Kubrick en los escenarios bélicos ('Senderos de gloria', claro), y a Jacques Tati (ese cartero recuperado directamente de 'Día de fiesta').
Lo mejor: La escena infantil de los protagonistas, abrazados en el faro
Lo peor: Ciertos detalles del inevitable humor francés
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