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ONGS  •  24-1-2005

Manuel Guamán, Presidente de ECUANAVARRA:

"España Tiene uno de los Reglamentos de Extranjería más Flexibles"
Ignacio Muñoz (NJ)

En España, el fenómeno de la inmigración alcanza cotas tan altas que la integración de los inmigrantes en nuestra sociedad se convierte en una tarea fundamental. Manuel Guamán Guerra, de 36 años, es el presidente de ECUANAVARRA, una de las muchas asociaciones de inmigrantes de nuestro país que, de forma desinteresada, llevan a cabo una labor integradora esencial para aquellos que deciden dar el gran salto y probar fortuna lejos de su país de origen. Guamán, ingeniero en Administración y Dirección de Empresas, es padre de dos niñas y asegura que son los hijos de los inmigrantes quienes "deben levantarse y ser los futuros líderes de Sudamérica".

- ¿Qué es ECUANAVARRA?
- Es una asociación que busca, bajo iniciativa propia, la integración de cualquier inmigrante. Desde ECUANAVARRA tratamos de hacer actividades de impacto social grande. El año pasado, por ejemplo, organizamos la 3ª Convención de Ecuatorianos a nivel de España en el propio Ayuntamiento de Pamplona.

- ¿Colabora el Ayuntamiento en sus proyectos?
- Suele hacerlo. En verano, organizamos en Pamplona un campeonato de fútbol donde el Ayuntamiento nos cede tres campos, uno de hierba artificial y dos de tierra. Intentamos integrar tanto equipos de aquí como equipos de diferentes nacionalidades. El año pasado participaron veinticuatro equipos de diferentes países.

- Una de sus reivindicaciones en Pamplona es la reapertura del Consulado en la capital navarra, cerrado en 1985.
- El asunto es complejo porque las decisiones se toman en nuestro país. Por más que el embajador haga sus oficios, si allá no hay una decisión política es imposible. Nosotros asistimos al XVIII congreso mundial en Quito, donde hicimos presión a nuestro gobierno. Inclusive, fuimos recibidos por el Presidente de la República a quien le planteamos algunos problemas de los ecuatorianos aquí en España, y uno de ellos fue el tema del Consulado.

- Pero, no sólo actuáis a nivel local.
- Así es. Pertenecemos a la Federación de Asociaciones de Ecuatorianos en España y pertenecemos a la Federación de Ecuatorianos a nivel mundial. Además, las puertas de ECUANAVARRA están abiertas a inmigrantes de cualquier nacionalidad que precisen de nuestra ayuda.

- ¿De qué manera ayudan a la integración de dichos inmigrantes?
- De mil formas. Por ejemplo, en ECUANAVARRA tenemos un club de fútbol con cuatro categorías (aficionados, juvenil, cadetes e infantil) donde participan, no sólo ecuatorianos, sino extranjeros de cualquier país. El primer año fue un caos porque la gente no reaccionaba bien ante nuestra propuesta. Hubo casos en los que nos decían: "regrésate en tu patera". Pero, poco a poco, la gente te va conociendo e, incluso, algunos clubes ya se interesan por mis jugadores. De alguna manera, es lo que buscábamos, porque así conseguimos la integración de los chavales.

- Insultos como ése no favorecen dicha integración.
- Claro que no. Pero no se puede generalizar. Hace poco leí un artículo que decía que en comunidades donde había más inmigrantes, había más rechazo. Sin embargo, poco después escuché a un especialista en el tema que decía que en las mismas comunidades donde se decía que había racismo, no había inmigrantes extracomunitarios sino comunitarios. E incluso, los propios racistas sabían que eran los inmigrantes los que reactivaban la economía de la zona.

- Pero no podemos negar que es normal cierta preocupación ante la llegada masiva de inmigrantes.
- Es normal que exista preocupación en un lugar en el que hay gran concentración de inmigrantes, por la competencia que suponen. Pero también hay que entender que el trabajo que venimos a hacer aquí es un trabajo que ustedes ya no hacen.

- Y ello pese a que muchos de ustedes poseen títulos universitarios.
- A partir del 2000 parece que la gente empieza a venir más preparada. El problema es la homologación de dichos títulos porque los parámetros no son los mismos en todos los países. Yo estudié siete años para sacar mi carrera en Ecuador. Pero aquí no me lo quisieron homologar al mismo nivel. Y claro, no te puedes poner a discutir porque ni siquiera te dan a conocer los parámetros en que se rigen para darte o no la homologación. Además, es un proceso largo. En mi caso se ha prolongado cerca de cuatro años.

- Un dato revelador es que el 47% de los inmigrantes en España son mujeres, de las cuales el principal grupo, un 16%, son ecuatorianas. ¿A qué cree que es debido?
- Los primeros inmigrantes que dieron el gran paso y cruzaron el charco fueron mujeres. Son más atrevidas. En sí, las mujeres se adaptan más rápido. En Sudamérica todavía es larga la sombra del machismo y cuando el hombre viene a Europa, viene con otra mentalidad que choca con la de acá. No puedo ocultar, por ejemplo, que los fines de semana, la mayoría de los ecuatorianos andan por ahí borrachos, dando "tumbos". Pero tú no vas a ver a una mujer ecuatoriana haciendo eso. Mientras que aquí, dentro de unos límites, las mujeres beben y fuman. En definitiva, la adaptación se da porque ellas hacen todo lo posible por mejorar su situación. Ellas tienen mayor percepción de adaptabilidad. Tienen mayor estabilidad emocional.

- ¿Cuál cree que es la principal herramienta de integración para los inmigrantes?
- Sin duda, la educación. Yo tengo dos hijas de cuatro y seis años que conviven en el colegio directamente con españoles para su mejor integración. Mis hijas hablan español sin acento ecuatoriano. Además comen en el comedor de la escuela donde reciben comida española y aprenden la gastronomía de aquí.

- ¿Cree que nuestra Ley de Extranjería es un obstáculo o una ayuda en ese proyecto integrador?
- Yo envidio mucho la Ley de Extranjería de España comparándola con la de otros países. No es que esté totalmente de acuerdo, porque hay cosas que se podrían mejorar, pero no se puede pedir todo porque sino habría una avalancha de inmigrantes. Yo tengo en Londres muchos compatriotas que llega un momento en que se desesperan porque saben que no gozan de las mismas facilidades que gozamos nosotros.

- Como por ejemplo...
- En Londres si eres extracomunitario puedes vivir un buen tiempo sin regularizar tu situación. Y si vuelves a tu país, ya no puedes regresar nuevamente a Londres. Aquí, al año en que estás regularizado puedes hacer la integración familiar: puedes ir a ver a tu hijo, a tu esposa... Eso te da a entender que España, en sí, tiene uno de los reglamentos de extranjería más flexible posible.

- ¿Y la Constitución Europea? Marcelo Argañaraz, presidente de la FAIN (Federación de Asociaciones de Inmigrantes de Navarra) opina que es "discriminatoria" porque diferencia entre inmigrantes comunitarios y extracomunitarios.
- El Parlamento Europeo está haciendo un gran esfuerzo en cuestión de inmigración. Pero, como te digo, hay algunos países que se abren más que otros. Claro que es discriminatoria porque, al fin y al cabo, los países también quieren protegerse de que no lleguen muchos inmigrantes. Porque tú no puedes saber si un inmigrante es bueno o malo. El año pasado hubo actos violentos con gente del Este y sus mafias. Eso es algo que nos perjudica.

- El derecho al voto exterior se está convirtiendo en una de sus principales reivindicaciones. ¿Pretenden conseguir con ello más fuerza en su país?
- La ley que permita el derecho al voto de los ecuatorianos en el exterior ya está ideada. Lo que falta únicamente es el reglamento. Parece ser, según las últimas informaciones que tengo, que en el 2006 ya tendremos ese derecho. Y eso nos dará más importancia en el Estado, el cual se preocupará más por la gente que está fuera. Según algunos cálculos, somos alrededor de tres millones de ecuatorianos en el exterior. La gente que estamos fuera de Ecuador somos los que tenemos que forzar un cambio en nuestro propio país.

- ¿Cómo pretenden llevar a cabo ese cambio?
- Despertando un sentido crítico en nuestra propia gente hacia nuestros gobernantes. Creo que los futuros gobernantes de Ecuador están aquí. Así de claro. En toda Sudamérica hay una corrupción política enorme. No se salva nadie. Los mismos partidos están gobernando cuarenta y cincuenta años. Deben ser nuestros hijos quienes se levanten y sean los futuros líderes de Sudamérica. Entonces habrá un cambio.