|
LIBROS 6-12-2004
Carta a Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde - La Tragedia de Nuestras Vidas
Ángel Burbano
Misiva rescatada con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Oscar Wilde. Publicada con la pertinente autorización del autor.
Querido Oscar,
Permíteme unas palabras de felicitación en tu onomástica. Está pasando mucho tiempo y parece que tu nombre va cobrando más lustre. El que en su día te quitaron hoy se te devuelve. Bueno, no creas que este ha sido tu año. Por lo menos en mi país no se han acordado mucho de ti. Sin embargo tienes muchos fieles. Aún después de ido levantas ríos de tinta, como cuando hace años trasladaron tu tumba a donde se merecía, vuestro camposanto de ilustres. Parece que no pero las mentalidades, los hábitos del pensamiento cambian. Si vieses cómo se vive ahora te alegrarías pues muchas intransigencias sociales, como la que te llevó a la cárcel, se dan menos. O no tan sangrantemente. Pero no creas que esto está muy bien. En realidad la hipocresía, bajo control victoriano de tu época, ha pasado a ser algo habitual. El materialismo es atroz, créeme. Ya se ha dicho que la poesía no tiene lugar hoy. Pero tú disfrutarías escribiendo obras criticando nuestra sociedad. En eso poco hemos cambiado.
Hoy querido Oscar tus obras se leen bastante. Hasta se llevan al cine. Tu Dorian Gray tiene una adaptación antigua excelente. Y ahora se divulgan mucho tus poemas. Contrasta tu exaltación del dolor que nos hiciste antes de irte con el hedonismo de nuestros días. A lo mejor por eso tienes éxito. No me preguntes cómo es posible porque yo tampoco entiendo a esta sociedad. Miramos mucho atrás para aprender, cada vez somos menos humanos y tenemos que reaprender. Como dijo Charles Beudalaire sobre el progreso, que "es la disminución progresiva del alma y la dominación progresiva de la materia". Muy acertado, una cosa conlleva a la otra. No te enfades, pero en tu sociedad por lo menos había una conciencia de la trasgresión que hoy no existe. Hoy no existe ya la conciencia. Las personas no se dan cuenta del pecado que cometen. Y por tanto nuestra integridad no se forma, no progresa. Por eso tú progresaste íntimamente cuando acabaste con esa relación. Amor, cárcel, abandono... Siempre perdonarás a Alfred, tu querido Bosie. Eres grande Oscar, por eso terminaste tan mal. ¿Todos los dublineses sois así? No, cada persona es un mundo. Tú sabes retratar esos mundos muy bien, La importancia de llamarse Ernesto, El abanico de Lady Windermere... Hoy podrías hacer nuevas obras con nuestra sociedad, la misma, créeme, que besa tu tumba.
En cualquier caso querido Oscar, felicidades por tus 150 años. Y que vengan muchos más. Pero recuerda que a veces, no siempre matamos lo que amamos, aunque el amor nos pueda matar.
|