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MÚSICA  •  13-9-2004

Sigue Siendo el Mismo
Rebeca Muñoz (NJ)

Alejandro Sanz en un momento de la actuaciónEl maestro volvía a la tierra. No defraudó. Puede que no llené pabellones, puede que sus niñas hayan crecido. Pero el arte se lleva en la sangre, y a Alejandro Sanz le sobra. Con "No es lo mismo", sigue siendo lo mismo. Ha ganado cinco grammys y le han sentado muy bien. Buena música.

"Una canción no puede parar un tanque, pero puede hacer estremecer el corazón del hombre que lo conduce". Estas palabras usaba Alejandro la primera vez que hablaba a las siete mil personas que esperaban para verlo en el Príncipe Felipe. Antes, a las nueve Sin Bandera, habían regalado a las fans de Alejandro cuatro de sus temas. "Kilómetros", "Mientes tan bien", "Sirena" y "Qué lloro". Un grupo melódico, pero demasiado suave para dar caña a un público que espera otro concierto. A pesar de ello, no defraudaron con letras como "aunque sea mentira, me haces sentir vivo; aunque es falso el aire, siento que respiro".

Aunque algunas jovencitas se siguen agolpando en las puertas, lo que es cierto, es que las fans de Alejandro ya han crecido. Pero también es cierto, que han crecido con él, y la unión entre público y artista se nota. A las nueve y veinte terminan Sin Bandera y comienzan los gritos "Alejandro, Alejandro".

Comienzan a oírse silbidos y aplausos. Una pantalla anuncia "Comienza la cuenta atrás", y el público grita los números 6, 5, 4, 3, 2, la banda rompe a tocar música. A través de la pantalla conocemos a los músicos. Estos tocan un remix de algunas melodías conocidas de canciones de Alejandro. Entre una numerosa orquesta (potente y de calidad), dos teclados, batería, bombos, tres guitarras, dos españolas, saxo, trompeta...

Alejandro Sanz"12x8", fue la elegida para abrir el espectáculo. Un nuevo guiño de Alejandro elegir esta canción que critica el papel de la prensa rosa, y la sociedad elitista y sobreinformada en la que vivimos. La segunda canción es "Eso", también de su último disco, una gran balada que impacta por su letra. Aquí recogió Alejandro el cachirulo que colgaría de su cintura durante todo el concierto. Más tarde habla con el público y comenta su primera actuación en Zaragoza, les recuerda que esto es un viaje muy especial, al que están todos invitados.

Continúa con "Quisiera Ser", de su disco El Alma al Aire, con ese tour consiguió recitar en la Romareda delante de unas quince mil personas. Los regalos de las primeras filas empiezan a caer sobre el escenario. "Cuando nadie me ve", que viene acompañada por un bonito juego de palabras. Vida, existencia, energía, fuerza, savia, muerte, fin, creación, supervivencia, verso, balda, secreto, silencio, sentirSE, opulencia, bienestar, dinero, fortuna... Alejandro sigue sacando su vena más pacifista, esa sensación de vivir en un mundo que no marcha bien, la remarca en todas sus expresiones artísticas.

Llega "Labana", un canto a la Cuba más libre con imágenes de olas y gaviotas. Esta vez, el espectáculo más basado otras veces en la estructura, se enmarcaba en una gran pantalla que jugaba con las luces y las imágenes conforme a la lectura de la canción. Todo un lujo.

"Hay una canción que habla de todos ustedes, de todo el mundo". "Hoy llueve, hoy duele", llega mientras el público grita Alejandro. En la pantalla aparecen textos escritos por el cantante y dibujos. "La estación de la sinceridad, del orgullo", "Personas, todas las personas, SERES". O preguntas como "¿Qué será de los caminos cuando nadie camine por ellos?", "Cuando muera, cuando todos muramos, ¿qué será de mí?".

Alejandro Sanz en Zaragoza"La fuerza del corazón", "Regálame la silla en la que te esperé", "Yo he sido tan feliz contigo", y llegamos a una de las grandes fiestas de la noche, en lo que a música y ritmo se refiere. "Try to save your song", es una canción que gana muchisimo en el directo. Una auténtica fiesta en el escenario y el graderío.

A las diez y media, Alejandro se coloca en el piano, justo en medio del saliente central del escenario. Le va a cantar al público una canción de un profesor de Cádiz que para él escribe muy bien. Una letra que dice "lo que tú quieras, pero sin vergüenza no soy, tantos crímenes sin nombre, me da vergüenza ser hombre, quiero una mujer que sea más que una hembra, sólo por ella mi muerte tendrá sentido"

Y si el público aún no se había quedado bien, se arrancó con "Lo ves", una canción de "Alejandro Sanz 3", que siempre es cantada por el público a voz en grito. Al piano, solo música y voz, Alejandro sigue siendo el rey. Continúa con "El Alma al aire"; la canción dedicada a Manuela, su hija, "Y solo se me ocurre amarte", y llega "Aprendiz", cantada a dúo con sus dos coristas. A cuál mejor voz. Llega el momento de la locura, la pantalla anuncia el "Corazón Partío". Alejandro se despide.

Llega el momento del público. Palmas, gritos, y el marcado (y planeado) bis no tarda en llegar. Alejandro sale al escenario y se arranca por bullerais, algo que aquel que amé la buena música le agradecerá porque aunque parezca mentira, las borda. "Señor de los espacios infinitos, tu que tienes la paz entre las manos, derrámala señor, te lo suplico, y enséñales a amar a mis hermanos". Tras las raíces llega un remix, "Y si fuera ella" (cantada por el público), "Amiga mía", y "Mi soledad y yo".

Llega el final, presenta a su banda llegada desde Barcelona, Vitoria, Cuba, Almería, Nueva York, Costa Rica, Valencia, y Córdoba. Y les pide que toquen algo distinto, algo que suene a Zaragoza. Da las gracias a todos, en especial, al público por haber estado, y grita "Viva la Virgen del Pilar", con un rotundo "Viva" del público.

Así llegamos a "No es lo mismo", cierre del concierto y fiesta sin fin para el público que se levanta en masa. El final del concierto es un Príncipe Felipe levantado por completo aplaudiendo al más grande, que se arranca un zapateo en el escenario en agradecimiento al cariño maño. Alejandro sigue siendo el mismo, sigue siendo el rey de las letras y la música. Esperaremos a su próxima visita, siempre tan escasas. Mientras tanto, gracias por compartir arte. Gracias, maestro.