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INTERNET  •  15-3-2004

Acabar con el "Spam" nos Costará a Todos
Silvia Forcén Cano (NJ)

El uso de correos electrónicos, que hoy por hoy se utiliza en todo el mundo por millones de usuarios, y que ha dejado atrás al correo tradicional en lo que se refiere a consumo, trae además muchas desventajas.

Y es que si algo diferencia el correo electrónico del tradicional, es que el primero (hasta hoy) es gratuito, lo que conlleva que millones de mensajes inservibles, tanto publicitarios como absurdos, o "spam" llamados popularmente "basura", inunden nuestras bandejas de entrada y terminen reenviándose de un usuario a otro, hasta terminar colapsando los servidores y quedar finalmente en el olvido.

Para evitar que esto se siga sucediendo, Bill Gates, presidente de Microsoft, hizo una propuesta durante el Foro Económico Mundial, que tuvo lugar en enero de 2004, en la localidad Suiza de Davos. Gates sugirió instituir el uso de estampillas para e-mail, como estrategia "anti-spam". Es decir la incorporación de sellos electrónicos, como se hace con el correo tradicional, pagar por mandar (o recibir) correos. De este modo, se reducirían la cantidad de "spam", si es que no se consigue con ello eliminarlos.

Una de las propuestas es la de cobrar un centavo o menos (el tema se trató en EEUU), por cada mensaje que se quiera mandar. A una persona que únicamente manda unos pocos e-mail cada día el coste no afectaría a sus bolsillos, mientras que no ocurriría lo mismo con quienes envían millones de mensajes no deseados o "spam".

Bill GatesTodos sabemos que el tiempo es oro, y por ello otra de las propuestas en proyecto sugiere que el remitente pague el franqueo con su tiempo en lugar de con dinero. Es decir, en lugar de pagar tendría que dedicar unos segundos para resolver una sencilla ecuación matemática. Para los internautas las molestias serían mínimas, mientras que a los propagadores de correo basura o "spammers" les causaría un gran trastorno, ya que deberían utilizar equipos informáticos adicionales para resolver todas las ecuaciones matemáticas.

Pero los críticos del sistema de pago ven otras opciones con mejores ojos. Es el caso de diferentes planteamientos, que incluyen el uso de tecnología para identificar al remitente. Además de la posibilidad de crear demandas para terminar de una vez con los "spammers", que únicamente consiguen afectar a millones de usuarios a los que el pago por correo electrónico les supondría un gasto innecesario, absurdo hoy en día, y en muchos casos, difícil de abonar.