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DEPORTES 8-3-2004
Una Historia Escrita en Oro
Héctor Mendal (NJ)
El 17 de marzo el Real Zaragoza tiene una cita histórica en el estadio barcelonés de Montjuic. Se enfrentará al Real Madrid en la décima final de Copa del Rey que disputará el conjunto de la capital del Ebro. Un equipo que es, eminentemente, copero: conquistador de cinco campeonatos y el mejor en esta competición en la última década en España.
Repasemos un poco la Historia del Real Zaragoza. El primer encuentro del conjunto aragonés en la Copa, que entonces se denominaba Copa de España, se remonta al 26 de marzo de 1933, cuando el Zaragoza Club de Fútbol derrotaba por 0 a 6 al Arenas; Zorrozúa en tres ocasiones, Tomás, Bilbao y Salas marcaron los tantos zaragocistas. Un gran estreno el del equipo zaragocista en la competición que le hizo Grande de España.
Fue en 1963, 31 años después de la fundación del club en 1932, cuando el Real Zaragoza se asomaba por vez primera a una final copera. El 23 de junio de ese año, en el Nou Camp, el Fútbol Club Barcelona derrotaba al conjunto entonces dirigido por César Rodríguez por un claro 3 a 1. Entonces el Real Zaragoza empezaba a dar forma al mejor equipo de su Historia, el denominado de "Los Magníficos". Al año siguiente, el 24 de junio de 1964, el conjunto aragonés conquistaba la Copa de Ferias (actual Copa de la UEFA), derrotando al Valencia por 2 a 1, con goles de Villa y Marcelino. Este triunfo dio alas al equipo dirigido por Luis Belló y un mes más tarde, el 5 de julio de 1964, completaba una temporada mágica consiguiendo su primer entorchado copero al derrotar por 2 a 1, con goles de Lapetra y Villa, al Atlético de Madrid.
La temporada siguiente el conjunto aragonés estuvo a punto de alcanzar la final de la Recopa de Europa, pero cayó derrotado en semifinales frente al West Ham inglés, por un total de 3 tantos a 2. Una nueva decepción se dio forma alrededor del Real Zaragoza el 4 de julio de 1965, cuando el Atlético de Madrid le devolvía la bofetada de la temporada anterior y derrotaba al equipo zaragocista en una nueva final de Copa. No obstante el cuadro blanquillo era el equipo de moda, su juego enamoraba y los aficionados pronunciaban de carrerilla la delantera zaragocista: Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra; "Cinco Magníficos" para un equipo histórico.
El equipo aragonés se había empeñado en escribir su nombre con letras de oro en la Copa de Su Majestad el Rey. El 29 de mayo de 1966 el conjunto zaragocista derrotaba en el Santiago Bernabéu por 2 a 0 al Athletic Club de Bilbao. La goleada hubiera sido, seguramente, de escándalo si los delanteros zaragocistas no hubiesen encontrado la dura oposición de "El Chopo" Iríbar, guardameta del conjunto vasco que, pese a su fenomenal exhibición, no pudo evitar los goles de Villa y Carlos Lapetra. Aquella tarde fue el estreno de un cántico por parte de los miles de aficionados bilbaínos que, posteriormente, quedó para el recuerdo en los anales del fútbol español: "Iríbar es cojonudo, como Iríbar no hay ninguno". Curiosamente, aquella final marcó el comienzo del declive de la etapa de "Los Magníficos" que, cuatro meses después, cayeron en la final de la Copa de Ferias frente al Fútbol Club Barcelona por un total de 3 goles a 4, pese a haber vencido en la ida por un tanto a cero.
Pasaban los años y el Real Zaragoza bajaba su nivel de juego al mismo ritmo que lo hacía el rendimiento de "Los Magníficos", equipo que se disolvió definitivamente en la temporada 1969-1970. Al año siguiente los zaragocistas descendieron a Segunda División, volviendo a Primera en una sola temporada con lo que, en 1972, el Real Zaragoza retornaba a la élite del fútbol español. Tuvieron que pasar seis años desde el último título para que el conjunto aragonés jugara una nueva final de Copa, pero el 26 de junio de 1976 cayó derrotado por un gol a cero frente al Atlético de Madrid en lo que fue la única final que disputó otro equipo histórico, el de "Los Zaraguayos". Desafortunadamente, la época de Nino Arrúa, Lobo Diarte y compañía acabó prematuramente y el equipo descendió nuevamente a Segunda División en la temporada 1976 - 1977, recuperando la categoría el 23 de abril de 1977.
No fue hasta el 26 de abril de 1986, tras un periplo sin pena ni gloria por la competición del K.O. (así se conoce a la Copa del Rey) cuando el Real Zaragoza, entonces dirigido por Luis Costa, regresaba a una final copera. El rival era el Fútbol Club Barcelona, que dirigido desde el banquillo por Terry Venables y desde el césped por Bernard Schuster, se había paseado por las competiciones nacionales y caminaba hacia una final de Copa de Europa que, posteriormente, perdería en los penaltis frente al Steaua de Bucarest. El equipo aragonés, que había derrotado en semifinales al Real Madrid del ex-zaragocista Jorge Valdano por un total de 4 goles a 3, alcanzaba la final con poco que perder y mucho que ganar. En el minuto 34 del encuentro, disputado en el Vicente Calderón, el uruguayo Rubén Sosa, el "Poeta del gol", lanzaba una falta lejana que pegaba en la barrera y despistaba a Urruti, el meta blaugrana. A partir de entonces, el portero zaragocista Andoni Cedrún, y la defensa blanquilla, desbarataron las múltiples ocasiones azulgranas, conquistando el tercer título copero en la Historia del Real Zaragoza.
El 26 de junio de 1993 los zaragocistas cayeron en una nueva final copera, la séptima, frente al Real Madrid por dos goles a cero. El encuentro quedó marcado en la Historia del club aragonés y en la memoria colectiva de su afición, que no ha olvidado el nefasto arbitraje que impartió el veterano Urío Velázquez en favor del cuadro merengue en aquella final del Luis Casanova de Valencia. Al término del encuentro Víctor Fernández, el joven técnico zaragocista, lanzó un mensaje profético: "Algún día seré campeón de Copa". Y lo cumplió. El 20 de abril de 1994 el Real Zaragoza, en una temporada impresionante en la que acabó tercero en la Liga y goleó sin paliativos al Fútbol Club Barcelona de Johan Cruyff por 6 goles a 3 en La Romareda, volvía a disputar una final copera. Esta vez el rival era el Celta de Vigo y, como en la anterior consecución del título, el escenario fue el Vicente Calderón de Madrid. Tras un emocionante encuentro, que terminó con empate a cero, ambos conjuntos se prepararon para disputarse el trofeo en la lotería de los penaltis. Allí se agigantó aun más la figura del meta zaragocista Andoni Cedrún, que detuvo el quinto lanzamiento del Celta, realizado por el defensa Alejo, y dio la oportunidad a Francisco Higuera de conseguir el cuarto título copero para el Real Zaragoza. El conjunto aragonés volvía a jugar de memoria, como en la época de Los Magníficos, y la consecución de aquella Copa del Rey motivaría la posterior conquista de la Recopa de Europa de 1995 en el Parque de los Príncipes de París, escenario donde los zaragocistas derrotaron por 2 goles a 1 al Arsenal inglés, con un golazo de Esnáider y un milagro, en forma de parábola desde el centro del campo, en las botas del ceutí Nayim en el último suspiro de la prórroga.
Aquel equipo, el de la Recopa, se desintegró pronto y el conjunto blanquillo cayó nuevamente en la mediocridad, salvando la temporada 1999 - 2000, en la que acabó cuarto en la Liga. La temporada siguiente, el Real Zaragoza se arrastró durante toda la temporada por el campeonato liguero, pero esa trayectoria contrastaba con la que mantenía en la Copa del Rey, donde caminaba con paso firme hacia una nueva final de Copa. El 30 de junio de 2001 la sufrida afición zaragocista pudo, tras una temporada aciaga, explotar de alegría. El Real Zaragoza se enfrentaba nuevamente al Celta de Vigo -dirigido entonces por el antiguo entrenador zaragocista Víctor Fernández- y Luis Costa -que había vuelto a dirigir a los blanquillos- avisaba que "el Celta juega bien cuando tiene el balón... vamos a intentar tenerlo nosotros". Así, el técnico alicantino colocó al bielorrruso Gurenko como perro de presa de "El Zar" Mostovoi, quien, aun así, marcó el primer gol del encuentro. El conjunto aragonés se repuso bien del mazazo céltico y antes del descanso Aguado y Jamelli pusieron el marcador en franquía para los intereses zaragocistas y, en los últimos segundos del encuentro, Yordi sentenciaba la final con el tercer tanto aragonés.
Nueve finales de Copa del Rey, cinco títulos conseguidos, deshonrosas derrotas frente a equipos como el Europa, o el Sabadell, partidos memorables frente al Athletic de Bilbao, el Real Madrid o el Fútbol Club Barcelona, arbitrajes desastrosos, anécdotas, goles, emociones; en una palabra: sentimiento. El Real Zaragoza tiene el 17 de marzo de 2004, en Montjuic, otra cita con la Historia: una nueva final frente al Real Madrid, un equipo que no ha conseguido esta competición desde el 26 de junio de 1993, cuando derrotaba al Real Zaragoza por dos tantos a cero. No será fácil derrotar a "los Galácticos", pero en las botas de los jugadores zaragocistas estará seguir escribiendo la Historia del Real Zaragoza en la Copa del Rey con letras de oro.
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