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CINE 23-2-2004
Crítica - 'Lost in translation', de Sofia Coppola
Enrique Marqués (NJ)
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Sinopsis
Bob Harris es un conocido actor norteamericano cuya carrera ha caído en picado. Como necesita trabajar, acepta participar, a cambio de una generosa remuneración, en un anuncio de whisky japonés que se va a rodar en Tokio. En su primera visita a Japón, experimenta un considerable choque cultural, por lo que pasa la mayor parte del tiempo libre en su hotel. Precisamente en el bar del hotel conoce a Charlotte, una mujer de veintitantos años que está casada con un fotógrafo de renombre. Éste se encuentra en Tokio cumpliendo un encargo profesional, y mientras trabaja, su mujer distrae el tiempo como puede. Además del común aturdimiento ante las imágenes y los sonidos de la inmensa ciudad, Bob y Charlotte comparten el descontento de sus vidas. Poco a poco nace la amistad entre ellos y quizá algo más...
Comentario
La segunda película de Sofia Coppola es una deliciosa y muy personal comedia romántica, donde el encuentro de dos norteamericanos de paso por Tokyo se nos cuenta de manera delicada y en estado de gracia, al optar por la sutileza frente al exhibicionismo, y la sugerencia inteligente frente a la explicitud.
Se busca, por tanto, la complicidad del espectador, para ir desarrollando una historia de amistad y de amor (apuntado este tan sólo en guiños sutiles) de dos seres necesitados de afecto y perdidos en una megalópolis (Tokyo) tan fascinante como inabarcable y desbordante.
Es admirable la capacidad de observación de Coppola para la descripción de anécdotas y situaciones a menudo cómicas, pero teñidas de la melancolía que refleja toda la película. En este sentido, hay multitud de chistes visuales como son las referencias a la altura de Murray frente a los japoneses o las tendencias más bien horteras de la nueva televisión japonesa (por aquí también sabemos de esto), pero todo ello sin que suponga una parodia mordaz, sino amable, de una cultura distinta y un país ajeno que, sin embargo, una vez vista la película, resulta al mismo tiempo profundamente simpático.
Por último, no perderse la secuencia en el karaoke, donde el merecedor del próximo Oscar al mejor actor, Bill Murray canta muy a su manera el maravilloso tema de los '10.000 maniacs', 'More than this'.
Lo mejor: La extraordinaria interpretación de Bill Murray
Lo peor: La levedad del argumento
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