|
ONGS 2-12-2003
La Vergüenza de los "Niños Soldado"
Héctor Mendal (NJ)
Según los últimos estudios de diversas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), se calcula que entre trescientos mil y quinientos mil menores son empleados como soldados por los ejércitos de más de treinta países en todo el mundo.
Día a día, hora a hora, en cualquier país de los denominados del Tercer Mundo, podemos encontrarnos con la siguiente escena: un grupo de guerrilleros por la calle, entrando en un colegio o, incluso, en un hogar, pistola en mano, reclutan a la fuerza a niños para sus aviesas intenciones: secuestrarlos, torturarlos y formarlos para un combate despiadado, sin escrúpulos. Así se transforma a un niño, de entre seis y quince años, en un niño soldado, cambiándole sus juguetes infantiles por pistolas.
La mayoría de estos reclutamientos forzosos se efectúan en países donde el modo de vida de la mayor parte de la población es la guerra, donde existe una guerrilla que se enfrenta al poder, casi siempre, al dictador. Países como Liberia -se calcula que emplea a unos veinte mil niños soldado-, Ruanda -donde acaban en cárceles masificadas si son hechos prisioneros-, Uganda -el antiguo dictador Amin Dada utilizaba a niños de cinco y seis años-, Sierra Leona, Birmania -según datos de diversas ONGs, este país cuenta entre sus filas con setenta mil- o Sri Lanka emplean a estos niños en sus conflictos armados, la mayoría de las veces para, simplemente, allanar el terreno al ejército profesional.
Pero los niños soldado no se emplean, únicamente, en el Tercer Mundo. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán de Adolf Hitler empleó a los Hitlerjugend, cantera para las SS nazis. Durante la década de 1970, muchachos armados con el conocido subfusil Kalashnikov, de fabricación rusa, lucharon en los conflictos de Vietnam, Líbano o Eritrea. En los años ochenta, el ejército de la República de Camboya, presidida por el Ayatolá Jomeini, contaba entre sus filas con niños de nueve años en su guerra contra Irak. Más recientemente, en la ex-Yugoslavia, cientos de niños participaron en los diferentes frentes del conflicto acaecido a comienzos de los noventa y, posteriormente, si caían prisioneros, eran confinados en campos de concentración.
 Muchos de estos niños soldado actúan despiadadamente bajo los efectos del alcohol o de las drogas. A veces son obligados a asesinar, a punta de pistola, a miembros de su propia familia. Son utilizados en misiones de espionaje, durante misiones suicidas como, por ejemplo, "limpiar" un campo de minas o arrasar aldeas. Raramente se encuentran niñas soldado, ya que la mayoría son reclutadas para limpiar, recoger agua o cocinar y muchas de ellas son violadas por sus propios compañeros.
Un gran número de ellos piensan como auténticos soldados, sin apenas sentir remordimientos por los actos cometidos ya que, sencillamente, "cumplen órdenes de un superior". Casi todos son irrecuperables para su posterior reinserción, si sobreviven a los combates, en la sociedad civil, puesto que el trauma causado en ellos es tan profundo que es prácticamente irreparable. Se calcula que uno de cada seis niños soldado ha asesinado a otro ser humano o ha participado en una matanza y seis de cada diez de ellos han visto asesinar con sus propios ojos.
En 1979, 176 países firmaron la Convención de las Naciones Unidas para los Derechos de la Infancia, pero no ha servido de mucho. Algunos de los países del llamado Primer Mundo, como Estados Unidos, siguen facilitando armamento a los del Tercer Mundo, a aquellos en los que luchan los niños soldado. En los primeros días de julio de 2003, el Gobierno del Reino Unido ratificó oficialmente un importante tratado sobre los derechos del niño en el que se comprometía a intentar evitar el despliegue de soldados menores de edad en combate pero, al mismo tiempo, se reservó numerosas directrices para usar a menores en su propio ejército.
Mientras los políticos se ponen de acuerdo, los niños soldado siguen derramando su sangre en alguno de los innumerables conflictos bélicos que asolan nuestro planeta. Organizaciones como las Naciones Unidas, UNICEF o Amnistía Internacional trabajan activamente para denunciar a los gobiernos o grupos armados de oposición que siguen reclutando niños y niñas soldado, presionando para que sean protegidos, pidiendo programas de rehabilitación, elaborando informes y recopilando sus testimonios para que la vergüenza de los niños soldado se conozca en todo el mundo.
|