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SOCIEDAD  •  15-10-2003

Diez Noches de Fiesta
Héctor Mendal (NJ)

Las Fiestas del Pilar tuvieron a la juventud y, especialmente a las peñas, como protagonistas de sus espectáculos y fiestas nocturnas.

Tradicionalmente, las Fiestas del Pilar atraen turistas de todos los rincones de España, pero las de este año, las del 2003 han sido especiales. Eran las Fiestas de la apertura de Zaragoza hacia Europa, presentando su candidatura para organizar la Exposición Universal del 2008. Y eso se ha notado en la afluencia de público, de personas de cualquier rincón de Europa, que se unieron a la juventud y, especialmente, a los peñistas en las noches de fiesta de la capital aragonesa.

Para algunos, los días de las Fiestas del Pilar son los más esperados del año "para mí, el día preferido del año es el del pregón de las Fiestas del Pilar, porque es el que más horas seguidas estoy de fiesta, empiezo a las 14 con la comida en la peña y lo acabo a las 11 de la mañana del día siguiente, cuando vuelvo a casa de las Vaquillas" nos dice uno de los aproximadamente quince mil peñistas de Zaragoza.

El primer fin de semana de Fiestas fue bastante multitudinario e interesante para las peñas, tanto por la participación y las ganas de fiesta como por los conciertos y actuaciones que tuvieron lugar en Zaragoza durante esos días, con Mägo de Oz como principal atractivo en la carpa de Interpeñas. Los siguientes días fueron más tranquilos, debido a que eran días laborables para la mayoría de la ciudadanía, aunque no así para los turistas que nos visitaban y para numerosos peñistas.

"Estos días son más tranquilos, pero hay que salir todos. Lo que pasa, que muchos peñistas hacen como las ratas, que cuando ven una grieta son las primeras en abandonar el barco. Pues no señor, si se es peñista hay que salir todos los días", nos comenta Eduardo, de la peña Las Migas y que lleva ya varios años como peñistas. "Lo que pasa que son muchos días de fiesta, y entre semana hay menos ganas de marcha y algún día hay que descansar", le replica uno de sus amigos, de los que descansaron entre semana.

Los peñistas, el alma de las FiestasEl ambiente se volvió a caldear nuevamente a mediados de la semana festiva, para ir subiendo poco a poco hasta alcanzar el clímax durante el último fin de semana de las Fiestas, registrándose llenos espectaculares en todas las zonas de marcha de Zaragoza, así como en los diferentes escenarios de las Fiestas. Llenos a pesar de los precios, para algunos abusivos "no es normal que cobren 9 euros en Interpeñas por un vaso de litro lleno de hielos, en el que apenas ponen tres dedos de licor y el resto de refresco". Es la opinión de Luis, peñista de El Bullizio d'aragones que, a sus treinta años, sigue disfrutando de las fiestas como un adolescente. "Es el espíritu del peñista, que hace que vivamos las fiestas con una intensidad que algunos no ven normal" nos dice Fran, peñista de la Peña Adeban y que lleva varios años sin probar el alcohol debido a su diabetes.

Pero no todo es fiesta. Como en todos los sitios cuecen habas, en los recintos de las fiestas del Pilar no iba a ser menos. Jessica se queja de la actuación de los servicios de seguridad "como todos los años, nos han empujado cuando estábamos en la fila y obligado a echarnos a un lado, y eso que no estábamos montando follón ni creando ningún tipo de problema". Y es que las aglomeraciones, muchas veces, pusieron nerviosos a los servicios de seguridad, tanto públicos como privados.

Fueron unas Fiestas donde la participación de los peñistas fue esencial, como todas las que se han celebrado en los últimos años en Zaragoza. No sólo de alcohol y drogas viven los peñistas. La mayoría toman unos cuantos litros o ninguno y, con el contento, se embarcan en una aventura maravillosa que les lleva a buscar las más excitantes experiencias, una aventura que se sabe cuándo empieza pero no cuándo termina: vivir una noche en las Fiestas del Pilar.