|
CINE 24-9-2003
Iñárritu Vuelve a Ofrecer Muchos Gramos de Gran Cine
Enrique Marqués (NJ) Enviado Especial
Buena jornada la de ayer en el concurso y fuera de él, donde destacó el pase especial de 21 gramos, la segunda película que dirige el mexicano Alejandro González Iñárritu, autor de la inolvidable Amores perros, en homenaje al premio Donostia de ayer, Sean Penn.
Sección oficial
Comenzó la mañana con la película brasileña El camino de las nubes, que prometía más de lo que finalmente ofrece. En la que se puede calificar como "bicimovie", se cuenta el viaje a través de Brasil de un matrimonio y sus cinco hijos en busca de trabajo y prosperidad. El problema no es lo que cuenta, que es atractivo, ni el escenario, del cual se beneficia, sino cómo lo cuenta; es demasiado simple y hueco en su guión, amén de caer en tópicos, de manera que lo mejor que se puede decir de ella es que se deja ver.
Los ojos de Bollaín
El regalo llegó de la mano de la segunda cinta española a concurso, Te doy mis ojos, de la mejor directora que actriz (como vuelve a demostrar aquí), Icíar Bollaín. Es una película dura, pues se acerca al problema del maltrato conyugal, y se agradece que lo haga sin maniqueísmo ni feminismo barato. El maltratador no es visto como un monstruo en esta tercera y estupenda película de Bollaín, sino como un hombre enfermo, incapaz de controlar su ira, con muchísimo miedo y con un terrible complejo de inferioridad que hace que reaccione como lo hace. La tesis es clara; sólo con la educación se pueden evitar crear para la sociedad estos enfermos mentales como el que encarna el cada vez mejor actor Luis Tosar, quien junto a su compañera de reparto Laia Marull, son desde ya unos muy dignos candidatos a las conchas de interpretación.
Y esta mañana hemos visto la segunda cinta norteamericana en la sección oficial; tras la agradable sorpresa que supuso The station agent. Se titula Verónica Guerin y la dirige Joel Schumacher, perpretador de basura cinematográfica como Batman forever y otras, que aquí trae la historia real de la periodista norteamericana que fue asesinada por denuncia en sus artículos la inmunidad de los capos del narcotráfico en la Irlanda de los noventa. Es una película sólo correcta, muy al estilo del "biopic" americano, pero que también aburre y es cansinamente convencional. Ya nos la sabemos.
Otras secciones
Uno de los mayores aciertos que ofrece este festival donostiarra a los cinéfilos es la oportunidad de ver películas presentadas en otros festivales importantes del mundo, en una sección denominada "Perlas de otros festivales", dentro de Zabaltegui.
Aquí pudimos disfrutar en la jornada de ayer martes de una pequeña joya de la cinematografía oriental (en concreto surcoreana), bautizada con le extraño pero mágico título Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera, en su traducción española. Es una maravilla estética, como gusta de exhibir al cine oriental, y establece una metafórica comparación entre las estaciones del año y la vida de un monje en sus estaciones vitales, infancia, juventud, madurez y vejez. Todo ello localizado en un único y deslumbrante escenario; un lago rodeado de vegetación donde vive el monje con su maestro en un templo en medio del agua. Con elementos tan sencillos como estos, Kim Ki Duk, autor de la igualmente fascinante La isla, ha creado una obra de arte de las que hay que contemplar, y no simplemente ver.
El peso del alma
Y por si fueran pocos los peliculones vistos estos días pasados por aquí, el festival organizó una proyección especial con la última película de A. G. Iñárritu, autor de esa absoluta obra maestra del cine contemporáneo que es Amores perros. Y el problema que tiene Iñárritu es precisamente ese, cuando se debuta de esa manera, sabes que después se va irremediablemente hacia abajo, y efectivamente así ocurre; 21 gramos no alcanza a aquella pero se le acerca bastante. La historia, que son tres, está desordenada como si se tratase de un puzzle cinematográfico donde el espectador coloca las piezas a medida que avanza la trama. Un hombre enfermo que espera el riñón de un donante (Penn), una mujer que pierde a su familia en un accidente de tráfico (espléndida Naomi Watts) y un golfista ultrarreligioso con remordimientos de conciencia (Benicio Del Toro), entrecruzan sus peripecias a lo largo de este talentoso rompecabezas fílmico escrito por Guillermo Arriaga, autor igualmente del libreto de Amores perros. Es una lástima que no compita. Ya conoceríamos la Concha de oro.
|