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TEATRO  •  18-8-2003

Éxito y aplausos durante semanas para una obra que sorprende, divierte, emociona; en definitiva cautiva

El Fantasma de la Ópera en Madrid
MĒ Carmen Bozal (NJ)

El Teatro Lope de Vega acoge en estos momentos un espectacular montaje de Harol Prince, El Fantasma de la Ópera; este director teatral es uno de los mas reconocidos a nivel mundial, bajo su mando ha tenido obras tan importantes como "El violinista en el tejado" o "Evita". Sus obras han sido vistas en la Ópera de San Francisco, o en el Opera House de New York; actualmente su obra de El Fantasma de la Ópera se reproduce en siete ciudades y entre sus proyectos teatrales se encuentra La Señorita Julia de Strindberg que será presentada en Londres.

El telón sube, y a partir de ese momento, te ves sumergido en un universo aparte, la luz, el color, la música, y la escenografía te traslada a París en el siglo XIX.

Una historia perfectamente equilibrada de amor-odio, una perfecta armonía entre la devoción del fantasma por Christine, la protagonista femenina, y el amor que ella tiene por ese ángel de la música que le enseña todo lo que sabe, contrastado por la actitud de ella en el segundo acto cuando la locura se apodera del fantasma por culpa de los celos, y le hace perder a su amada.

Una perfecta interpretación de los dos protagonistas.Un momento de la representación El fantasma, Luis Amado, derrocha fuerza en el escenario, los mismo nos muestra al fantasma devoto de su amada dulce y tierno que nos convence de la locura que lo celos le provocan, el actor y cantante posee una voz estremecedora, potente y muy modulada, su "partenaire" en escena, Felicidad Farag, Christine, no desmerece a su compañero, una interpretación dulce e inocente como su personaje requiere con una voz preciosa, nos deleitó con notas imposibles y escalas aún mas complicados, ella, nos mostró como su tierno personaje consigue superar ciertas dependencias del ángel de la música para sacar, durante el segundo acto, todo el carácter guardado en el primero.

El resto de los actores-cantantes, demostraron que se trata de una producción exquisita, voces perfectamente sincronizadas, interpretaciones perfectas, una imagen de conjunto envidiable.

La música está compuesta por Sir Andrew Lloyd Webber, compositor de musicales tan famosos como Jesucristo Superstar o Evita.

La partitura de la obra nos recuerda a las grande óperas de Puccini o Verdi, majestuosidad y elegancia, acompañada de letras románticas, tristes, alegres, dinámicas y estáticas, todas ellas adaptadas al castellano.

La escenografía es absolutamente sorprendente, un maravilloso diseño que nos lleva tanto a la lúgubre guarida del fantasma como a la grandiosidad del teatro parisino del siglo XIX, hay que destacar la labor de los tramoyistas que realizaron cambios de escenario en tiempo record, personalmente me llamó la atención el maravilloso uso de la lámpara araña del teatro Lope de Vega.
La iluminación juega un importante papel durante toda la obra, siempre sincronizado con los escenarios, las luces acompañan perfectamente también las voces y gestos de los actores.
La coreografía y dirección de actores no tiene nada que comentar ya que resulta compaginada con el resto de la obra, como todo maravilloso.

Siempre es un riesgo trabajar con una historia como la del Fantasma de la Ópera, todos conocemos la trama incluso el final de la obra, pero la adaptación de Harold Prince mantiene la atención del espectador durante las dos horas de la obra, diría que la larga duración no cansa, descansa.

Un conjunto que para mí ha resultado una autentica maravilla, diría que es absolutamente perfecta pero pecaría de entusiasta, en cualquier caso recomiendo la obra que me hizo estremecer, me emocionó la maravillosa historia de amor y desamor, pero también tengo que admitir que la majestuosidad del recinto y el conjunto hicieron en mí lo que la ya conocida historia no pudo.