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RADIO  •  12-6-2003

Música a la Carta
Alejandro Gracia (NJ)

Internet, la principal herramienta cultural del Siglo XXI se ha convertido en un mercado libre de intercambio de música, muy a pesar de aquellos que quieren "poner puertas al campo".

Nunca la música había estado tan al alcance del usuario. En la actualidad, y contando con un ordenador con conexión a Internet, el descargarnos esa canción que hemos buscado siempre o esa otra que acabamos de oír por la radio, es cuestión de minutos y totalmente gratis.

En 1987, unos alumnos destacados de Instituto de Fraunhofer desarrollaron un método para transmitir audio en formato digital comprimido sin mermar la calidad. El fruto de este desarrollo es el conocidísimo MP3, que años mas tarde llegaba a oídos de miles de melómanos y se catapultaba en la Red.

Fue entonces, cuando dos adolescentes con mucha imaginación y tiempo libre revolucionaron la forma de escuchar y compartir música de la gente, nacieron WinAmp (primer reproductor de archivos MP3) y nacieron Napster (programa de intercambio de archivos musicales).

En este momento, es cuando los pilares de la industria discográfica empiezan a resquebrajarse, y el concepto de "Derechos de Autor" empieza a perder sentido.

Las discográficas, reaccionan rápido, y se querellan con todo aquel que se acercaba a los Copyright de sus temas musicales. Pero el efecto Napster había comenzado, y miles de súbditos en forma de subprogramas de Napster ya estaban colgados en la red para su uso totalmente gratuito.

Ante semejante aceptación del formato digital por parte del público, las discográficas cambiaron su ideología aceptando este formato prodigio como hijo adoptivo, y buscando todo tipo de alianzas. Si no se puede con el fenómeno, vamos a intentar llevarlo a nuestro lado da la balanza...

Se buscó la posibilidad de poner reglas a este libre intercambio de archivos musicales, siendo el gigante Napster el mas afectado por la lucha contra el trueque gratuito musical, ha pasado de ser de uso gratuito a ser de pago, condición que pocos usuarios han aceptado y que esta conduciendo a la desaparición del pionero de los programas de intercambio.

La unión de las discográficas está consiguiendo vencer al mito, que deja tras de sí una nube de secuelas, como son Win MX, Kazaa, eMule, eDonkey...

Las discográficas están luchando contra un enemigo inexistente, porque ya sea, llamándose Napster, o de cualquier otra forma, el fenómeno de intercambio va a seguir vivo, y siempre va a existir la forma de dar esquinazo a las leyes y seguir consiguiendo la música que buscamos, de una manera gratuita.

Los artistas

Los autores de las melodías que tanto nos gustan, no ponen mucho de su parte en la solución del problema. Muchos de ellos, no tienen ninguna opinión, porque sus contratos con las discográficas dejan en "fuera de juego" cualquier opinión al respecto.

Otros, titanes de la música, como el grupo Metallica, se sintieron muy afectados con la llegada del MP3, y se unieron a las discográficas en su lucha por aniquilar al formato.

El sector formado por grupos que apoyan el libre intercambio de archivos esta dividido en dos partes, unos, se basan, no en el negocio,sino en la posibilidad que le da Internet, para que su música llegue hasta el ultimo rincón del mundo, son famosos, y están asentados en el panorama musical, con lo que el margen de beneficio ya lo tiene bien cubierto.

El otro sector, son esos grupos de música, que están empezando, que graban su primera maqueta y no tiene el suficiente dinero para una espectacular campaña de promoción. Para este sector de la música, Internet es su ventana al mundo, es la forma de exponer su trabajo ante el publico, pero a su vez, es una puerta cerrada por los citados derechos de autor, que no tiene en cuenta, este tipo de situaciones.

El futuro

El futuro de este tema es incierto, todavía no se ha movido todas las fichas. Las discográficas están buscando propuestas para intentar mejorar la oferta de Napster.

Está claro, que por norma general, nadie paga algo que puede conseguir gratis, pero es probable, que mejorando la oferta, se consiga igualar la balanza, tan inclinada hacia el lado de la piratería y tan alejada de la legalidad.

El problema actual que tienen las grandes discográficas que llevan a los grandes del panorama musical, es el enorme gasto de promoción que conlleva el lanzamiento de un disco de una de sus "vacas sagradas".

Un ejemplo muy claro seria el del cantante estadounidense Lenny Kravitz; cada vez que "Lenny" saca un disco, conseguir el disco de oro (50.000 copias) está asegurado. Un negocio perfecto pensaréis, pues todo lo contrario.

La pérdida de dinero de la discográfica es segura, ¿la razón?; gastos de promoción y publicidad elevadísimos, en los que se incluyen, en el caso del Sr. Kravitz, viajes pagados a Estados Unidos para más de 300 periodistas, o bien una Tournée promocional por el mundo, en clase business y en los mejores hoteles.

Solo para compensar este gasto, Lenny Kravitz tendría que vender muchas más copias que las 50.000 del disco de oro. Pero como esto no se consigue, debido principalmente a las copias piratas y a los abusivos precios, la discográfica invierte otra vez en publicidad para intentar resucitar su producto, y las brechas entre gastos y beneficios se hacen cada vez más grandes.

¿Quién pierde con todo esto?, pues todos aquellos grupos o solistas más pequeños que buscaban su hueco en la discográfica y, por supuesto, los usuarios, que ven como el precio de los Cd´s es incapaz de bajar.

Menos promoción, menos publicidad, menos subía a las nubes a los grandes artistas... ¿sería la solución? Quizá no, pero podría ayudar a que las discográficas consiguieran bajar un poco los precios de los títulos que presentan y conseguir competir un poco mas de cerca con el mercado pirata.

Las propuestas

Las discográficas están apostando por permitir descargas controladas de música en Internet, por supuesto pagando una cuota y con muchas restricciones.

Estas restricciones consisten, por ejemplo, en no poder tener el archivo con las canción mas de un día en tu disco duro, o no poder volcar dicha canción en un Cd o en un reproductor de MP3 para oírla siempre que nos apetezca.

Como es lógico, la gente no cede su dinero así como así, y este tipo de ofertas no se estima como solución más cercana, ya que es casi imposible que alguien acepte esas condiciones.

Imposible porque, si se puede, tardando el mismo tiempo, y de una manera gratuita, con el uso de otro programa, bajarse el fichero con la canción, y tenerla en nuestro disco duro el tiempo que creamos necesario y además poder grabarla en un Cd y escucharla todas las veces que veamos oportunas, ¿quién va a pagar?

Una bajada en los precios originales, con un buen libreto de fotos y una buena presentación podría acabar con la piratería. La clave es ofrecer algo que no de la red ya que el fetiche está por encima de la piratería, y es probable, que sea este el camino que tiene que buscar las discográficas, y no otros, para los que no están preparadas.