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ONGS  •  1-6-2003

Un Minuto para una Vida
Rebeca Muñoz (NJ)

Las violaciones de los Derechos Humanos que se llevan a cabo en muchos rincones de nuestro planeta son una de las cuentas pendientes que debemos saldar los seres humanos al comienzo de este nuevo siglo. Son muchos los países que no cumplen con dichos derechos a la hora de juzgar, condenar, o simplemente, tratar, a sus ciudadanos.

La pena de muerte es una de las mayores atrocidades que se realizan en nuestros países "civilizados". Bajo el punto de vista de los derechos humanos, viola los fundamentales: el derecho a la vida y el derecho de toda persona a no ser sometido a penas crueles, inhumanas o degradantes. La pena de muerte juega con dos factores muy importantes, la condena puede ser injusta e irrepetible, una vez se ha ejecutado a alguien no hay manera de devolverle la vida, por mucho que se demuestre, más tarde, su inocencia. Mientras se lucha por la abolición de este tipo de castigos en todo el mundo, son 84 países los que la siguen aplicando frente a los 111 que la han abolido de su legislación. Pero, el panorama no es aún muy alentador, en el 2001 murieron ejecutadas 3.048 personas en todo el mundo, y el 90% de estas ejecuciones se realizaron en tan sólo cuatro países: China (2468 ejecuciones), Irán (139), Arabia Saudí (79) y Estados Unidos (66), y estamos hablando sólo de aquellas ejecuciones conocidas por la opinión pública.

China, Chechenia, Irán; la crisis Argentina; la eterna fractura Norte y Sur... son algunos de los ejemplos a tratar. Estamos, pues, ante una grave crisis de los Derechos Humanos en todo el mundo y a un recorte de libertades. No tenemos que irnos a países que se encuentran tan lejos en nuestra bola del mundo de sobremesa, aquí en España se esta viviendo algo parecido en materia de libertades; es el caso de la inmigración. Para ello se necesita con urgencia cumplir uno de los retos para todas aquellas organizaciones que trabajan por el cumplimiento de los derechos humanos en España: la lucha contra el racismo y la xenofobia, necesitamos mentalizarnos de la necesidad que tendrán estas personas para el futuro de nuestro país. Pero también la violencia de género y el apoyo a la exhumación de fosas de las víctimas del franquismo y la guerra civil española, son algunos de los compromisos de Amnistía Internacional en nuestro país. Cabe refrescar nuestras memorias para hacer hincapié en que la violencia doméstica se esta convirtiendo en una de las causas por las que más mujeres mueren cada año en nuestra España. ¿Es este el país, el mundo que queremos dejar a nuestros hijos?

La Sharia

La polémica vuelve a saltar a la palestra esta vez con Nigeria. El uso de la ley islámica o Sharia en doce de sus estados pone gravemente en peligro algunos de los más importantes derechos humanos, como el de la vida.

La opinión de los islamistas a este respecto es tajante, la ley islámica solo se impone en aquellas comunidades que votaron para su introducción como norma de vida. En Junio de 2001 más de un millón de personas se manifestaban por su implantación en Nigeria.

Al hablar de Nigeria nos referimos a un país, donde no existe una religión oficial sino multitud de etnias que conviven entre ellas. Un país con una población de más de 106 millones de personas, con una esperanza de vida de cincuenta años, donde se hablan más de 203 lenguas distintas, y con un gasto en educación de un 0,7%, educación a la que solo pueden acceder una gran minoría de la población (el analfabetismo es el doble entre las mujeres, un 45,8% frente al 28,7% de los hombres). Esto la convierte en una tierra donde impera la heterogeneidad de ideas entre sus gentes, por ello, la sharia fue utilizada como fortalecimiento político dados los muchos conflictos del país. Nexo de unión entre etnias que de otro modo no podrían convivir bajo el mismo techo, y utilizada como control social, la sharia esta basada en penas crueles, inhumanas y degradantes como la lapidación o la amputación de miembros.

Para tener un conocimiento sobre a lo que nos referimos, BAOBAB (Asociación por la defensa de los derechos de la mujer en Nigeria) y Amnistía Internacional, desarrollan los mayores fallos de la ley islámica:

- Se trata pues de castigos crueles, inhumanos y degradantes: lapidación, flagelación, amputación, medios por los que se puede llegar a la muerte del acusado como culpable. Penas que en la Convención contra la Tortura en Junio de 2001 quedaron exentas de toda práctica en la República Federal de Nigeria, tratado que ha sido violado desde aquella fecha en multitud de ocasiones. Durante el 2000 no se dicto ninguna condena de muerte, sin embargo, en el 2001 los Tribunales Superiores dictaron 4 y el Supremo confirmó 24 tras los procesos de apelación. En la mayoría se trataba de casos de asesinato, pero muchas se remontaban a hechos ocurridos hacia una década.

- Incumplimiento de las normas internacionales sobre juicio justo: en Nigeria no se garantizan los derechos a defensa y representación legal. En todos los casos que veremos más adelante ninguno de ellos tuvo defensa en sus juicios.

- Discriminación por razón de género: se trata de una sociedad machista que viola los derechos de las mujeres, a la justicia y a su seguridad, protegiendo a su vez a aquellos hombres que abusan de mujeres y niñas.

- Discriminación en razón de estatus social: suele tratarse de sectores marginados.

- Falta de formación judicial a los jueces de los Tribunales de la Sharia: los criterios para nombrar jueces no cumplen las normas internacionales de capacitación para el personal judicial.

Pobreza que me llevará a la muerte

Yanusa Rafin Chiyana, Ahmadu Brahim, Fátima Usman, Sarimu Mohammed, y Amina Lawal. Todos ellos morirán lapidados. Sus casos son todos parecidos. Campesinos, mujeres, pobres... ninguno tuvo representación legal en sus juicios, y ninguno fue juzgado con las pertinentes pruebas de sus delitos.

El caso más urgente es el de Amina Lawal. Nigeriana de 30 años. Madre de cinco hijos. Confesó haber tenido un bebé cuando ya estaba divorciada, y esto le ha servido para inculparla por adulterio. Amina va a morir por darle la vida a otra criatura, ¿es acaso prueba suficiente? En la ley islámica es suficiente motivo para morir lapidada, si el hombre es casado o si has mantenido relaciones antes del matrimonio, o por ser mujer, ya que el hombre suele quedar libre y beneficiado ante la mujer.

El desarrollo del caso de Amina es muy semejante al del resto de condenados. El proceso comienza el 22 de Marzo de 2002 cuando uno de los tribunales de la sharia declara la sentencia a muerte de Amina. El padre del bebé había negado haber mantenido relaciones con ella, sin aportar prueba alguna, el tribunal creyó al hombre frente a la mujer. Durante las dos vistas previas, Amina no tuvo abogado que la representará, pudo recurrir la sentencia gracias a que BAOBAB le facilitó un representante. Gracias a ello el 3 de Junio de 2002 se revisó la libertad condicional de Amina, le permitieron abandonar el centro de mujeres y no debía presentarse cada 15 días, pero sí debía permanecer bajo la tutela de un hombre de su familia o un "garante". El 19 de Agosto de 2002 se ratifica la condena y se dicta como sentencia que en Febrero de 2004, después de acabar la lactancia de su hija, Amina moriría lapidada.

La última fecha facilitada por el Tribunal de Apelaciones fue el 25 de Abril, que daba como fecha final para Amina el 3 de Junio de este mismo año. En estos momentos Amina sigue viva porque debe amamantar a su hija, en cuanto este periodo acabe y ya no sea necesaria, deberá morir.

Varias asociaciones internacionales han declarado en varias ocasiones que los aplazamientos no son positivos, agudizan el clima de incertidumbre y debilitan la presión internacional. Amina lleva meses levantándose cada mañana pensando que su final esta cerca, abrazando a su hija pensando que puede ser el último abrazo, y entrando al juzgado pensando en que un día la enterraran hasta el cuello y esos hombres que tiene delante comenzaran a lanzarle piedras hasta que muera. Amnistía Internacional hace un llamamiento a las autoridades para que garanticen la integridad física y psicológica de Amina y su familia; el derecho de todo ser humano a no sufrir tratos degradantes y la igualdad para las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.

Frente a este caso y ampliando la esperanza de que Amina logre su meta final, salvar su vida, tenemos el caso de Safiya Hussaini. Fue condenada en Octubre de 2001 a morir lapidada por adulterio, cuando ella declaraba haber sido violada por un hombre casado. Ningún tribunal investigó estas declaraciones y fue sentenciada sin un juicio justo, su hija fue prueba suficiente para condenarla. En diciembre, el ministro federal de Justicia nigeriano declaró que no sería ejecutada. Para tal fin, Amnistía Internacional había llevado a cabo una campaña, liderada por su sección española, pidiendo el perdón para Safiya. Se recogieron más de 650.000 firmas en menos de tres semanas.

La presión de la población española, las instituciones públicas y privadas, así como de los medios de comunicación, lograron salvar una vida. Pero, la historia no acaba aquí. La lapidación, la amputación de miembros, la flagelación, son prácticas opuestas a cualquier sociedad que se declare defensora de los derechos humanos, y para cualquier persona que se considere, simplemente, persona. Se debe seguir presionando a las autoridades nigerianas para que tomen medidas ante estos juicios injustos y para que estas prácticas queden eliminadas totalmente. Si en su momento, prácticas como la esclavitud, lograron ser eliminadas, también estas acciones pueden borrarse.

Amnistía Internacional está llevando a cabo otra campaña como la de Safiya para salvar a Amina. Para ello necesitan tu colaboración, si realmente aún te queda algo de debilidad humana en ese corazón siglo veintiuno, puedes dejar tu firma en www.amnistiapornigeria.org, en este momento son más de cinco millones de personas las que han dejado su granito de arena, y su esperanza en ese hueco internauta. Esta comprobado, sólo cuesta un minuto, y a cambio, puedes ganar mucho, nada más y nada menos, que una vida. A cambio de tu minuto, Amina podrá disfrutar de todos los que le queden por delante.

No solamente en Nigeria hay mujeres condenadas a muerte. En Irán, dos mujeres han sido también condenadas a morir lapidadas, según su legislación serán castigados a morir apedreados todos aquellos que cometan delitos de adulterio y "corrupción en la tierra". No es la única injusticia de nuestro planeta, ni serán las únicas personas que mueran de forma cruel, ni el único asesinato, ni la única victima de los que sustentan el poder, pero lo que si es cierto, es que podemos empezar por este caso para intentar arreglar algo del caos que abunda en nuestra denominada vida moderna.

Esperando que tu conciencia se remueva ante una de las muchas injusticias que imperan por nuestro "civilizado" planeta, te dejo esta última frase. Forma parte de la ley islámica, si todavía no te has decidido a perder ese minuto de tu vida por Amina, lee este texto y recapacita, "las piedras no deben ser ni tan grandes como para que la persona muera de una o dos pedradas ni tampoco tan pequeñas como para que no puedan ser consideradas piedras..."