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CINE 5-4-2003
Óscar 2002: Aniversario Descolorido
Abel García
Alumno del Instituto de Ciencias de la Comunicación (3er curso)
Enrique Marqués
Diplomado en Ciencias de la Comunicación por el ICC
Con la sombra del conflicto de Irak y la amenaza de aplazamiento (tan sólo había ocurrido en tres ocasiones anteriores) la 75 edición de los óscar no hizo honor en su evidente deslucimiento a tan redondo aniversario y quedó marcada, inevitablemente por los recentísimos acontecimientos bélicos ocurridos al otro lado del mundo.
La primera víctima fue la tradicional alfombra roja, que fue sustituida por vídeos de los nominados y unas pocas entrevistas pregrabadas. A su vez, tampoco lo tenía fácil el maestro de ceremonias, en esta ocasión Steve Martin, que tras un año de transición repetía faena y salió victorioso a pesar de ser el encargado de poner el humor en un ambiente que no estaba para muchas fiestas.
La tradición de los premios de la Academia hollywoodiense dicta que cuando el país está sumido en un conflicto armado, los premios, quizá por una cuestión de supervivencia mental ante las consecuencias de la política exterior norteamericana, van a parar a musicales o películas de aventuras de contenido claramente evasivo. Así fueron premiadas en los años 60, coincidiendo con la guerra de Vietnam musicales como "Oliver", "La vuelta al mundo en 80 días", o "Sonrisas y lágrimas".
En esta ocasión, la encargada de no romper con tal premisa fue "Chicago", espectacular film musical dirigido por el debutante Rob Marshall, y que era la indiscutible favorita de una noche en la que, finalmente, tuvo que compartir honores con la estupenda película de Roman Polanski "El pianista". Esta fue, por tanto, la ganadora moral de la gala al recibir tres de los premios más importantes; al mejor guión adaptado, la mejor dirección de Roman Polanski y Adrien Brody como mejor actor, en una interpretación sobrecogedora.
Polanski no pudo, sin embargo, recoger su sorprendente pero merecido premio por ser prófugo de la justicia norteamericana (fue acusado de abusar sexualmente de una menor de edad), y haber huido del país sin haberlo vuelto a pisar hasta el día de hoy.
Además de los inesperados premios que recibió "El pianista", se entregó un galardón aun más sorprendente a la mejor canción original, que fue a parar a Eminem por "Lose yourself", el primer tema de hip-hop que consigue el óscar alejándose del estilo disneyano que suele prevalecer en esta categoría.
"Bombazo" Moore
La nota radical de la noche la protagonizó el "gran" documentalista Michael Moore al mostrar su disconformidad y la de gran parte de la comunidad de Hollywood ante la guerra de Irak. Entre abucheos y unos pocos aplausos invitó al presidente Bush a que se avergonzara por el ficticio conflicto que había provocado.
No fue la única alusión a la guerra en una noche en la que algunos, tanto presentadores como galardonados, osaron saltarse el guión para recordar a la glamourosa platea los acontecimientos que ocurrían a miles de kilómetros de allí. Ese fue el caso de Adrien Brody, que tras despertar las envidias de los varones heterosexuales de todo el planeta por su apasionado beso a Halle Berry, puso al público del Kodak Theatre en pie con su emocionado discurso pacifista, sin duda el más aplaudido de la noche, en el que incluso invitó a los soldados a volver lo antes posible a casa.
Perdedoras
En el apartado de perdedoras, aunque debido a la corrección política de la que hace gala Hollywood habría que decir "no ganadora" (el tradicional "and the winner is..." fue sustituido hace unos años por "and the oscar goes to..."), se encuentra "Las horas", de Stephen Daldry, que pese a ser una extraordinaria adaptación de la novela homónima de Michael Cunningham, tan sólo materializó el premio a Nicole Kidman como mejor actriz, de un total de nueve candidaturas. Pero la gran perdedora de esta edición fue "Gangs of New York", de Martín Scorsese, que con diez nominaciones no consiguió finalmente alzarse con ninguna estatuilla. Pasa la posteridad quedará la cara de Scorsese al saberse "no ganador" del premio al mejor director, En cualquier caso, esta fue una edición excesivamente dura para una película meritoria, que reúne alicientes suficientes para haber conseguido algún óscar, máxime teniendo en cuenta que estaba detrás de ella la todopoderosísima empresa productora Miramax, omnipresente en las últimas ediciones de los premios de Hollywood.
ĄPedroooo! (Y van dos)
Pero lo que sin duda es de más interés para nuestra cinematografía es el segundo y muy merecido galardón que lograba Pedro Almodóvar, (candidato también a mejor director en un hito sin precedentes para un cineasta español), por el guión de su hermosísima obra de arte "Hable con ella", que fue injustamente rechazada por la Academia del cine español en detrimento de "Los lunes al sol", buena película que sin embargo responde más al cine ideológico y comprometido con las causas sociales que al espíritu que debe imperar en toda obra de arte.
Almodóvar recogió su segundo muñeco dorado entre aplausos y muestras de admiración, prueba del tremendo respeto y admiración que despierta la obra reciente del director español entre la comunidad de Hollywood. También él quiso hablar contra la guerra, aunque muy veladamente, dedicando el premio a todos aquellos que trabajan por la paz y la legalidad internacional en el mundo.
Así fue transcurriendo una gala más breve de lo habitual (lo cual es de mucho agradecer) en la que también recogieron premios una embarazadísima Catherine Zeta-Jones por su papel en "Chicago", y el estupendo actor de reparto Chris Cooper, ya visto en el papel de un marine facha, gay y homófobo al tiempo, en la inolvidable "American beauty".
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